Ventajas de no trasnochar en Nochevieja

Dic 30, 2020 | CONSEJOS, DESCANSO

Que levante la mano quién tenga ganas de que acabe el 2020. A ver, vamos a contar: uno, dos, tres… ¡todos! Sin duda, este año que estamos a punto de acabar ha sido el peor que hemos vivido como sociedad. Los efectos de la pandemia mundial que nos azota siguen sin disminuir y solo tenemos ganas de avanzar, recibir esa vacuna que parece que nunca llega y encarar el 2021 con optimismo y fuerzas. Pero antes de ello, viviremos una nochevieja que será igual de rara que el año al que hemos sobrevivido. Una nochevieja sin fiestas. Una nochevieja en la que lo mejor será comer las uvas y no trasnochar.

 La nochevieja más atípica puede ser el inicio de una nueva vida

Cuando el año pasado tomamos las 12 uvas de la suerte, tal y como hemos hecho durante toda nuestra vida, no podíamos ni imaginarnos el año que se nos venía encima. Un 2020 de confinamiento y un maldito Covid-19 que ha trastocado planes, vidas, trabajos y más situaciones de tanta gravedad que mejor no repasar.

Con el 31 de diciembre de 2020 a la vuelta de la esquina, las dudas sobre su celebración no dejan de saltarnos a nuestras mentes. ¿Podremos quedar con nuestros amigos? ¿Cenar en familia? (De discotecas, pubs y salas de fiesta ni hablamos).

Está claro que serán unas navidades atípicas y una nochevieja sin ganas de mucha celebración. Por ello, ¿por qué no cambiar nuestras costumbres y acostarnos poco después de las uvas? Alejarnos de eso de bailar hasta el amanecer y despertar el día 1 de enero a la hora de la comida y con mucha resaca. ¿Por qué no comenzar el 2021 con nuestros propósitos más al alcance de nuestra mano gracias a una decisión a priori tan banal como la de no trasnochar?

6 motivos por los que acostarse pronto tras las uvas del 2020

– El primer motivo es el más lógico e inmediato de todos. Acostarnos pronto, a eso de las 00:30 de la noche tras la ingesta de las 12 uvas y brindar con una copita de cava es sinónimo de madrugar el día 1 de enero. Eso significa que no cambiarás tus hábitos de sueño y cuando vuelvas a trabajar el día 2 de enero no sufrirás ningún tipo de jet lag y rendirás de manera óptima.

– Trasnochar el 31 de diciembre significa también un adiós. A las resacas. Porque, reconócelo, cada Nochevieja ha sido equivalente a una fiesta de bailes y alcohol que acababa con una resaca al día siguiente que te dejaba en cama hasta altas horas. Y con un dolor de cabeza que ningún Ibuprofeno podía remediar.

– Aprovecharás el día de Año nuevo para pasear a primera hora de la mañana. Podrás desayunar en forma de homenaje.

– Casi asociado al punto anterior, no trasnochar en Nochevieja y madrugar te permitirá disfrutar del día de Año nuevo con tu familia. Reconócelo, ¿cuándo fue el último día de Año nuevo en el que pudiste comer con todos los tuyos? ¡Seguro que tienes que regresar a la infancia para evocar esos días!

– Y tras un buen desayuno, un paseo por la bonita estampa callejera del día 1 y una comida familiar como la de hacía años, tienes toda la tarde para ti y tus plenas facultades. ¿Qué tal si vas al cine que seguro que hace mucho que no lo haces?

– Por motivos ya relatados y relacionados con la pandemia y sus consecuencias, lo más normal es que no hayas podido realizar ninguna reunión con amigos el día 31. Invierte los factores y queda con ellos a lo largo del día. Podéis ir al campo, al cine, dar una vuelta por la ciudad o ir a patinar sobre hielo. Te resultará más barato que la cena de Nochevieja y más saludable.