Consejos para superar el síndrome postvacacional
El síndrome postvacacional es un periodo de adaptación que muchas personas necesitan cuando regresan a casa de las vacaciones. En muchas ocasiones, volver a la rutina diaria supone un sobresfuerzo ante la dificultad de cambiar el chip y enfrentarse de nuevo a la actividad habitual.
Retomar nuestros quehaceres cotidianos suele costar un poco cuando hemos pasado un tiempo más o menos extenso descansando y desconectados del día a día. Por eso, para quienes padecen este tipo de problema, la vuelta a la normalidad puede ser complicada.
Los síntomas del síndrome postvacacional son similares a los del estrés o la ansiedad. Los más comunes son la falta de energía, el decaimiento, la apatía, la pérdida de la concentración y en algunos casos también pueden darse episodios de insomnio.
No obstante, no afecta del mismo modo a todas las personas. Así, algunos en unos pocos días vuelven a coger el ritmo rápidamente, mientras otros, por el contrario, pueden tardar de dos a tres semanas en los casos más extremos. Al final, todo depende del carácter de cada persona, del ambiente que tiene en su trabajo y de la capacidad de gestionar el paso de una situación a otra.
Consejos para superar el síndrome postvacacional
En cualquier caso, volver a la rutina después unos relajantes días de descanso no suele venir bien a casi nadie. Por eso, si quieres puedes tomar nota de algunos consejos para llevar de la mejor forma posible el síndrome postvacacional.
Programar el regreso con antelación
Si nos damos un tiempo para ir habituándonos poco a poco a la normalidad, nos servirá de mucha ayuda para prepararnos mentalmente. Por eso, se aconseja regresar con cierta antelación. Por el contrario, si apuramos al máximo las vacaciones y volvemos a casa prácticamente la víspera de nuestra incorporación al trabajo, puede resultar bastante caótico.
Por ese motivo, si tienes la oportunidad, es más práctico pasar los últimos dos o tres días de las vacaciones en casa. De esa manera, podrás disponer del tiempo necesario para poder deshacer las maletas, llenar la nevera y sobre todo ir mentalizándote de que la rutina vuelve a empezar.
Dormir las horas necesarias
Lo más normal es que durante las vacaciones nos saltemos de vez en cuando algunas de las rutinas saludables que solemos mantener el resto del año. Entre ellas, el descanso suele verse afectado cuando pasamos unos días de relax. Así, es habitual abusar de las siestas, alargar la hora de acostarse y levantarse más tarde ya que no tenemos que estar pendientes del reloj.
Por eso, se recomienda volver a la normalidad cuanto antes para que podamos retomar el ritmo con facilidad. En ese sentido, nos interesa empezar a establecer un horario para acostarnos, así como intentar dormir entre siete y ocho horas cada noche.
Incorporarse al trabajo a mitad de semana
Si tienes la posibilidad, también puede servirte de ayuda incorporarte al trabajo cuando quedan pocos días para el fin de semana. De esa manera, puedes ir aclimatándote poco a poco para planificar la nueva semana sin agobios sabiendo que es lo más urgente y lo que puede esperar.
Practicar ejercicio físico
Además, por suerte todavía nos queda una temporada de buen tiempo para aprovechar los momentos de ocio. Una de las alternativas que te pueden venir muy bien para poder sentirte despejado esos primeros días de desconcierto es salir a andar o dar un paseo en bici.
Practicar deporte podría ayudarte a reducir el estrés y te permite mantenerte en forma. Es uno de los hábitos saludables a tener en cuenta en cualquier circunstancia.
Evitar la cafeína
Contrariamente a lo que pueda parecer, atiborrarnos a cafés para estar despejados nos puede producir mayor estrés del que ya tenemos. La cafeína es un estimulante que puede aumentar esa sensación de nerviosismo. Por consiguiente, es preferible decantarse por infusiones o zumos naturales que además te permitirán mantenerte perfectamente hidratado.
En cualquier caso, para solucionar este problema no interesa cargarse de negatividad. Aunque nos sintamos con una sensación de impotencia, con el tiempo y un poco de paciencia todo vuelve a normalidad. Además, si piensas en positivo te darás cuenta que cada día queda uno menos para las próximas vacaciones. ¡Anímate!