Ronquidos infantiles: ¿tu hijo hace ruidos por las noches?

Nov 27, 2019 | INFANTIL, TRASTORNOS DEL SUEÑO

Para disfrutar de un sueño placentero y reparador es necesario que los niños cuenten con una serie de elementos que les permitan gozar de un ambiente tranquilo, por ende, no debe existir ningún agente externo o distractor que pueda ocasionar interrupciones nocturnas y afectar el momento de dormir; entre los más comunes están los ronquidos infantiles.

Conocer las causas que los generan les permite a padres y cuidadores atacar a tiempo el problema y evitar que se conviertan en trastornos respiratorios, conocidos también como síndrome de apneas: hipopneas del sueño (SAHS) que afectan de manera negativa el buen descanso, crecimiento y vida futura de los pequeños.

¿Mito o realidad?

Lo primero que hay que aclarar es que los adultos no son los únicos que roncan al dormir, a los niños también les pasa y es más frecuente de lo que pensamos; tan importante es este tema que ha sido estudiado por especialistas y compartido en publicaciones de diversa índole, donde señalan las consecuencias negativas que generan en su desarrollo.

Según una publicación de la revista de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el 75 % de los infantes que se encuentran en edades comprendidas entre 3 y 12 años, a los cuales se les ha diagnosticado un síndrome de apnea del sueño, desarrollan también problemas asociados con el déficit de memoria, atención y ansiedad.

De igual forma, el estudio de esta organización señala que esta enfermedad impacta, de manera importante, en la forma de comportarse y en el rendimiento académico de los niños en edad escolar, por eso hay que prestarle especial atención a los ronquidos infantiles.

¿Cuáles son las señales de alerta?

Se le denomina apnea del sueño al trastorno que afecta el funcionamiento correcto de las vías respiratorias, con una obstrucción que puede ser parcial o completa e interrumpe el proceso normal de dormir.

Generalmente entre las señales de alerta se encuentran: respirar por la boca, tener excesiva sudoración, hacer movimientos extraños al dormir, sufrir de ansiedad o hiperactividad en clase, tener reflujo gastroesofágico, presentar obesidad infantil o notar el crecimiento anormal de amígdalas y adenoides.

Si tu hijo ronca con frecuencia y cada vez con un sonido más notable, sin presentar algún síntoma de gripe o catarro, presta atención a las señales de alerta que detallamos a continuación.

¿Por qué se generan los ronquidos infantiles?

Existen diversas razones por las que un pequeño puede roncar, enumeramos las más frecuentes: padecer algún tipo de alergias, estar resfriado, tener sobrepeso para su edad, vivir con padres o familiares que fumen, sufrir parálisis cerebral o tener regurgitaciones por algunos alimentos, en el caso de que sean lactantes.

La causa básica del ronquido infantil es que el aire que pasa por la vía respiratoria no circula bien, por alguna condición particular que se presenta (biológica o física) y afecta su normal funcionamiento. A su vez, esto desencadena otras consecuencias psicológicas y emocionales que interfieren con el descanso placentero como son las pesadillas y el sonambulismo.

Roncar menos es descansar más

Se asocia el descanso y la energía diaria con el sueño reparador de calidad, sin embargo, si este último se ve afectado de manera negativa por distractores como los ronquidos infantiles, los pequeños de la casa pueden alterar su comportamiento en clase, permanecer somnolientos, estar bajos de energía y desarrollar mal humor, lo que afecta no solo su conducta sino su rendimiento académico.

En este caso, lo mejor es acudir al pediatra quien a través del examen físico y la exploración determinará los pasos a seguir; eventualmente se solicita realizar grabaciones mientras el niño duerme y exámenes más exhaustivos para evaluar las posibles causas del trastorno de sueño.

Según el motivo del ronquido, el tratamiento puede ser de menor alcance (medicamentos para tratar alergias o reflujo), hasta medidas más complejas como estudios del sueño y operaciones quirúrgicas para corregir el problema, lo esencial es garantizar que el niño duerma bien y descanse.