Hacer el amor, ¿colchón duro o blando?

Nov 26, 2019 | PAREJA

El colchón ideal debería aunar las características que favorezcan un buen descanso con aquellas que permitan una mejor vida sexual. ¿Es esto posible?

¿Cómo debe ser un buen colchón para hacer el amor? ¿Es mejor un colchón duro o blando para mantener relaciones sexuales?

Lo primero que debemos tener en cuenta, es que no existe un colchón ideal para hacer el amor, sino un colchón ideal para cada persona o para cada pareja. La idea básica de la que debemos partir, es cómo deseamos que el colchón se adapte a los cuerpos y a los movimientos, según nuestros gustos e intereses sexuales y personales. En ello influirá también nuestra condición física y envergadura, así como las de nuestra pareja.

Dentro de esto, parece existir consenso en que un colchón demasiado duro o firme, no permitirá la necesaria fluidez en los movimientos verticales, absorbiendo los rebotes, por lo que las relaciones sexuales pueden verse dificultadas. Es necesario que el colchón acompañe los movimientos y se sume al ritmo de la actividad sexual, de modo que apenas notemos su impacto. Si sentimos que el colchón “nos frena”, es un síntoma claro de que es demasiado duro.

Sin embargo, hay parejas que preferirán un colchón más duro, que permita un mayor choque entre los cuerpos, sobre todo en los casos en los que es difícil alcanzar el orgasmo. Por el contrario, aquellos que quieren retrasarlo, deberán optar por un colchón más blando.

Hay que pensar en todos los usos que damos al colchón para elegir la mejor opción. Un colchón no es solo para dormir

Un colchón demasiado blando puede darnos la sensación de falta de control o de que perdemos el contacto con nuestra pareja. Si sentimos que nuestros movimientos no se traducen en el suficiente efecto en la otra persona, quizás estamos sobre un colchón que no ofrece la dureza necesaria para nosotros. La sensación correcta debe ser de estabilidad y acompañamiento al movimiento, no de que es el colchón el que nos mueve a nosotros.

Las posturas sexuales que se adopten son también un importante factor a tener en cuenta. Para quienes practiquen posturas más convencionales, y particularmente en horizontal, como la postura del misionero, por ejemplo, un colchón demasiado duro puede resultar poco armonioso a la hora de hacer el amor, tal como hemos descrito anteriormente.

En los casos en que se practiquen posturas que impriman más energía vertical, en las que se deja caer más el peso del cuerpo, y en aquellas situaciones en que se realicen muchos cambios de postura, es recomendable no optar por un colchón demasiado blando, que dificultaría el autocontrol sobre los movimientos. En estas ocasiones conviene contar con una mayor resistencia y un colchón algo más duro.

Un elemento importante para que un colchón sea considerado como adecuado para la vida sexual es el borde del mismo. Si este se hunde con facilidad puede estropearnos algunas posturas sexuales en el momento más inoportuno. Independientemente de que el colchón sea más duro o más blando, el borde debe ser siempre firme y consistente. Aunque aquí, como ya hemos dicho, dependerá de las posturas que nos guste practicar.

En cualquier caso la comodidad es un factor primordial, y debe ser la base de la elección de un colchón, también en estas ocasiones en las que nos inclinamos por elegir el colchón pensando en los beneficios para la vida sexual. Cualquier colchón que nos haga sentir incómodos, que genere puntos de presión o demasiado hundimiento, deberá ser descartado. Factores como el peso, la altura y los gustos personales, influyen enormemente en cada elección particular.

En definitiva el equilibrio es la máxima a la hora de elegir un colchón para hacer el amor, y ese equilibrio debe tener en cuenta, como hemos visto, una serie de características que hacen que un colchón más o menos duro o blando sea ideal para algunas personas y no para otras. Las sensaciones de rebote, firmeza y hundimiento deben estar proporcionadas, cuanto más cómodo y natural nos resulte el movimiento más cerca estaremos del colchón ideal.