Son animales domésticos, pero independientes y libres. A veces, incluso caen en el pasotismo. Hablamos de los gatos, unas mascotas predominantes para las personas porque implican un menor grado de dependencia que los perros. Sin embargo, hay ocasiones en los que los mininos se comportan de manera diferente. Se muestran más cercanos, cariñosos, accesibles e incluso dependientes. Por ejemplo, cuando vas a meterte en la cama tras un duro día y te lo encuentras ahí, sin ningún tipo de interés por abandonar el lecho humano. Es la gran pregunta: ¿por qué mi gato a veces duerme conmigo y otras no?

Las 5 razones por las que nuestro gato quiere dormir con nosotros

Que nuestro gato quiera dormir con nosotros no debe suponer un problema, pero eso no significa que no debamos entender los motivos que hay detrás de esa decisión animal. Sin importar si son noches esporádicas o una costumbre diaria, existen una serie de motivos por los que nuestra mascota ha decidido hacernos compañía para dormir. Algo que puede ser bastante relajante y agradable (siempre y cuando no invada nuestra parte de la cama favorita).

1. Nuestro gato no es tonto y le encanta nuestra cama

Estamos acostumbrados a ver a los gatos en cualquier zona de la casa. Incluso en los rincones más recónditos, esos en los que se esconden cuando les apetece un poco de privacidad y dependencia. Sin embargo, en la gran mayoría de ocasiones, los huecos que buscan los gatos son los más confortables y agradables. Y en el caso de la pernoctación esa puede ser nuestra propia cama. Si por el día te los encontrarás en el sofá, por la noche buscan el confort de un colchón mullido y cálido. En muchas ocasiones, la pregunta sobre por qué nuestro gato duerme en nuestra cama… se encuentra en la propia calidad de nuestra cama. Quizás por ello, toca reflexionar y decidir si es un buen momento para comprarles su propio colchón para mascotas.

2. Necesita sentirse seguro

En muchas ocasiones hemos comentado que la forma en la que duermen los animales la predetermina el instinto de supervivencia. Y aunque los gatos sean animales domesticados que no corren ningún tipo de peligro, la madre Naturaleza siempre sale a relucir. Los gatos buscan su refugio, y eso también implica el momento de dormir. Siempre pendientes de lo que les rodea, si acuden a nuestra cama cuando nosotros estamos durmiendo es porque les hace sentir relajados y protegidos. Son conscientes de que somos seres preocupados y responsables de ellos, y así lo hacen ver con un gesto tan cotidiano.

3. ¿Y sin son ellos los que nos quieren cuidar?

El instinto de supervivencia animal también se extiende a sus semejantes. Y aunque no seamos de la camada, no dejamos de ser parte de su familia. Por mucho que pensemos que los perros son fieles y los gatos independientes, ni siempre es así ni se puede aplicar en cualquier momento del día. Los mininos sacan a relucir su instinto protector. Y lo hacen viniéndose por las noches a dormir con nosotros en la cama. Además, son capaces de percibir en qué estado físico y anímico estamos, por lo que, en los peores momentos, nos harán más compañía de lo normal.

4. Solo está buscando la zona más calentita de toda la casa

¿Cuántas veces has visto a tu gato apoyando en la ventana aprovechando los rayos de luz que entran por ella? Seguramente, miles. Por la noche, esa necesidad de sentir el calor del Sol se transforma en una cama mullida, acogedora y climatizada. Si nuestra mascota tiende a dormir con nosotros, puede que solo esté buscando un espacio cálido y una fuente que irradie calor (nosotros mismos).

5. Tu gato es una mascota fiel…y muy amorosa

Sí, los gatos son animales independientes, territoriales y muy suyos. Y aunque el instinto animal está ahí, la domesticación los puede convertir en seres cariñosos, dependientes y muy amorosos. El cúmulo de todo ello puede llevarlo a querer estar siempre con nosotros. En una mezcla de amor y sentido de protección. En definitiva, nuestro gato nos quiere tanto que solo quiere dormir con nosotros.