Nórdico o mantas: ¿Cómo dormir con frío?
Con la llegada de cada invierno caemos una y otra vez en el mismo error de base. Ante la bajada de temperaturas, interpretamos que la mejor manera de dormir con frío es cubrirnos con toda la ropa de cama posible. Ponemos el nórdico y, no satisfechos con ello, rebuscamos entre los objetos del canapé y acabamos cubriéndonos con las mantas encontradas. Pero, a los diez minutos, hemos pasado del frío al calor. Por todo ello, lo ideal es encontrar un equilibrio y encontrar el elemento que mejor se adapta a nuestra forma de dormir y la temperatura corporal.
Te ayudamos a elegir entre nórdico o mantas desgranando los pros y los contras de cada uno de ellos.
Ventajas de utilizar un nórdico en invierno
1. Es el elemento que mejor nos va a abrigar
Un nórdico suele estar relleno de plumón o plumas de oca y pato (o, en su defecto, con rellenos sintéticos elaborados con fibras con la misma capacidad de aislamiento). Este tipo de composición le otorga un nivel de grosor mucho más acolchado y, por ende, con mayor capacidad para abrigar durante las noches.
2. Son fáciles de lavar
Aunque tienen un gran tamaño, la funda del nórdico es fácilmente sustituible para que podamos introducirla en la lavadora.
3. Tienen capacidades hipoalergénicas
A diferencia de ciertas clases de mantas, los nórdicos no están tan expuestos a la acumulación de polvo. Gracias a esta cualidad protectora, los durmientes con problemas de alergias disfrutan de un descanso de mejor calidad y libre de alergias.
4. Ofrecen un gran nivel de transpiración
Ciertos modelos de nórdicos compuestos con materiales naturales garantizan un nivel de transpirabilidad y aislamiento que no pueden alcanzar las mantas (sobre todo las fabricadas con lana).
5. No tienen rival a nivel decorativo
Además de todas sus cualidades prácticas, los nórdicos disponen de una vertiente estética que no se puede comparar a la de las mantas. Este elemento del descanso es mucho más bonito y encaja a la perfección con diversos estilos de decoración. Y por si esto fuera poco, ofrecen un plus de practicidad: al ser una sola pieza, es mucho más fácil hacer la cama.
Desventajas de utilizar un nórdico para el frío
1. No es fácil cambiar el relleno del nórdico
Colocar una funda de edredón nórdico no es una tarea sencilla hasta que no le coges el truco. Afortunadamente, hoy en día podemos encontrar por Internet una serie de trucos que facilitan este proceso que, en las camas de matrimonio, suele ser motivo de desesperación. Técnicas como la de conocida como “la de las pinzas” (estirar la funda nórdica para introducir el edredón y colocar sus puntas dentro del nórdico) te ayudarán a cambiar funda y relleno sin morir en el intento. En este artículo de Maxcolchon podrás encontrar varios métodos diferentes.
2. Te pueden llegar a agobiar
La capacidad de abrigo y aislamiento del nórdico es tan inmensa que puede llegar a provocar algo de agobio a algunos durmientes. Si eres una persona algo calurosa o con tendencia a sudar por las noches, ni siquiera en invierno es la pieza indicada para ti. Piénsalo bien antes de apostar por un nórdico.
3. El precio
Dentro de la ropa de cama, una funda y un relleno pueden ser los elementos menos económicos que existen. Y más si comparamos con los precios asequibles de las mantas.
Ventajas de dormir con una manta en invierno
1. Son inmediatas y fáciles de utilizar
Igual que tendemos a ponernos más ropa cuando tenemos frío, por las noches repetimos la misma acción. Pero en lugar de un suéter o un abrigo, la pieza que escogemos es la manta. ¿Por qué? Porque son transportables, fáciles de guardar y de colocar. En apenas unos segundos, el frío invernal se ha mitigado gracias a esta ropa de cama.
2. Te permiten abrigarte en capas
Poniendo las mantas de menor a mayor tamaño, conseguimos cubrirnos con diferentes capas. De esta manera, a medida que aumenta nuestro calor corporal podemos ir quitando algunas. Y hacerlo siempre en orden sin que por ello perdamos aislamiento y abrigo.
3. Las mantas de peso
Estas versiones que pueden llegar a pesar entre 10 y 12 kilos se están popularizando por todo el mundo. Diversos estudios han concluido que su uso reduce los niveles de ansiedad en un 63%. Además, son cómodas y, para un 88% de durmientes, ayudan a descansar mejor.
Desventajas de dormir con mantas
1. Tienden a caerse de la cama
Dependiendo de su tamaño, las mantas son un tipo de ropa de abrigo que puede acabar “desapareciendo” por la noche. Los durmientes con más tendencia a moverse no son los más indicados para apostar por ellas, ya que estas se sujetan peor que un nórdico, moviéndose así durante toda la noche y dejando de cumplir su función. ¿Cuántas veces te has despertado con frío y has comprobado que la tienes en tus pies?
2. Su calidad dependerá del material con el que están confeccionadas
Los ácaros suelen escoger los materiales naturales para hacer su aparición. Estos pequeños arácnidos que emergen con el polvo y tienen querencia por nuestras camas, son más proclives en las mantas que en los nórdicos. E igual que sucede con las características hipoalergénicas de las mantas, podemos aplicar el mismo baremo a la capacidad de transpiración. No ofrecerán la misma evacuación de humedad un modelo de lana que uno de algodón o de otro tipo de material.
3. Abrigan menos que los nórdicos
Si habitas en una ciudad que en invierno sufre grandes descensos de temperatura, necesitarás algo más que una manta (o un par de ellas). Inevitablemente, deberás apostar por el nórdico.