Más allá de la etapa infantil: ¿es normal dormir con hijos grandes?

Sep 12, 2023 | DESCANSO, INFANTIL | 0 Comentarios

Aunque la opinión de los profesionales en el ámbito de la pedagogía y la educación es que los niños duerman solos antes de iniciar la educación primaria, hay muchos padres que ven como normal dormir con hijos grandes. ¿Dormir con los niños en la misma cama es una buena idea? ¿Hasta qué edad puedes seguir haciéndolo? ¿Cómo conseguir que los más pequeños sean autosuficientes y no necesiten a sus padres para conciliar el sueño?

¿Por qué los niños deben dormir en su cama?

Conforme nuestros pequeños van creciendo, y dependiendo de la edad en la que se encuentren, les vamos explicando actividades y acciones que deben ir aprendiendo. Lo hacemos para que sean autónomos, pero también para que sean independientes y reforzar su autoestima. Hablamos de actos tan cotidianos como alimentarse, atarse los cordones, lavarse los dientes, bañarse… o dormir solos.

Dormir es algo que hacemos cada día de nuestra vida. Y lo hacemos porque lo necesitamos. Porque una buena salud comienza con una correcta higiene del sueño. Por eso, es importante que nuestros hijos comprendan la importancia de una noche de descanso. Y que lo hagan sin acompañamiento de los adultos.

Es habitual que los más pequeños no quieran dormir solos. Ya sea por miedos u otras razones, tenemos que conseguir que duerman de una forma independiente. Reforzará de una manera positiva su autoestima y serán más capaces de afrontar miedos y conflictos.

¿Por qué hay niños que necesitan dormir con sus padres?

La necesidad del humano a juntarse con sus semejantes es una cuestión biológica. De la propia naturaleza. Y no solo les pasa a las personas, la gran mayoría de animales también precisan de la compañía de sus iguales. Es cuestión de pertenencia a un grupo y de sentirse protegido. Y por las noches, ese sentimiento se dispara.

Tras esta necesidad más primaria, existen otro tipo de factores que pueden provocar que los niños sean incapaces de dormir solos:

1. La propia personalidad de los niños

2. La edad: los bebés y los niños de hasta 2 ó 3 años son los más vulnerables y los que más necesidades precisan por la noche.

3. Las dinámicas familiares y la relación entre los padres y los más pequeños.

4. Miedo a la oscuridad: los terrores nocturnos y el miedo a la oscuridad hace que los niños busquen la protección de sus padres. Los monstruos y los fantasmas que creen compañeros de cuarto irán desapareciendo conforme crezcan.

5. Miedo a la soledad: De una manera progresiva, y con mucha pedagogía, conseguiremos que los niños dejen de tener miedo a estar solos. Esto hará que ellos mismos busquen estar solos en su habitación, incluso para ir a dormir.

6. Apego a los padres

Llamamos apego a los padres al cariño desmedido que tienen los niños más pequeños. Se trata de una necesidad constante de estar todo el tiempo con ellos, lo que dificulta el aprendizaje y la independencia. Ese apego es más visible a la hora de llevarlos a la guardería y, sobre todo, para dormir. Si este es tu caso, lo más recomendable es que consultes con un pedagogo o un psicólogo infantil para que te ayude a afrontar el problema.

Consejos para que los padres consigan que sus hijos grandes duerman solos y en sus camas

  1. Haz que sean regulares con los horarios: acuéstales y levántales siempre a la misma hora. Consigue crear esa rutina incluso los fines de semana.
  2. Acostúmbrales a que pasen tiempo en su habitación. Que jueguen, que estén solos, que dibujen y que lean. Tienen que asociar este espacio a la diversión.
  3. Deja que duerma junto a su peluche o juguete favorito para sentirse más protegido y con confianza.
  4. En el caso de que se despierte en medio de la noche, no lo lleves a tu habitación para calmarlo o lo metas en tu cama. Acuéstalo en su habitación y que se vaya tranquilizando allí hasta que le vuelva a entrar el sueño.
  5. Cuéntale un cuento antes de dormirse. Hazlo cuando ya esté acostado.
  6. Las cenas han de ser ligeras y nada copiosas. Evita alimentos pesados y que no incluyan azúcar o disparará su estado de excitación.
  7. Evita que vean contenido adulto en la televisión antes de acostarse. Lo último que vean será la imagen con la que se irán a dormir.