¡Mañanas felices! Cómo despertarse con alegría
Nuestro día a día puede estar lleno de baches que hagan que nuestra alegría se reduzca. Problemas en casa, en el trabajo, algún tema de salud… mantener una actitud positiva durante el día puede resultar complicado, aunque no es imposible.
Uno de los factores que tienen un gran impacto en mantener esta actitud es cómo nos despertamos cada mañana, y es que la forma en la que comenzamos el día puede tener un gran papel en nuestro éxito y productividad. Por eso a continuación te dejamos algunos tips para despertarse con alegría, ¡y que todas tus mañanas sean mañanas felices!
Tips para despertarse con alegría
Hay ciertos factores que tienen más impacto del que puedas pensar en cómo te levantas. A continuación te dejamos algunos tips que pueden ser de gran ayuda para despertarse con alegría:
Dormir bien cada noche
Puede parecerte algo obvio, pero no dormir lo suficiente (o lo suficientemente bien) cada noche puede hacer que despertarnos con una energía positiva sea prácticamente imposible. Por eso es importante que sigas algunas recomendaciones para ello:
- Acuéstate a tiempo para dormir entre 7 y 8 horas.
- Libérate del móvil, la Tablet o el ordenador justo antes de irte a dormir. A cambio, puedes leer un libro o simplemente relajarte un poco, tener un momento sin pantallas.
- Utiliza luz ambiental antes de irte a dormir. Una luz demasiado intensa podría interferir en tu descanso.
- Asegúrate de contar con un buen equipo de descanso. Tener una buena noche de sueño será imposible si no cuentas con un buen colchón y una buena almohada.
- No utilices la cama para ver la televisión o hacer otras actividades que no sean dormir. Está demostrado que esto puede estimularnos más que relajarnos para tener una buena noche de sueño.
- Elige un buen despertador. Para despertarte sin sobresaltos ni aturdimiento, utiliza un tono para tu alarma que no sea demasiado intenso o repentino.
- Trata de mantener lejos tus preocupaciones. Si tienes problemas para dormir por culpa del estrés, quizá puedas encontrar alguna forma de reducirlo. Si simplemente te ocurre que, cuando te acuestas, le das vueltas a las cosas, entonces ¿por qué no llevar un diario de todas esas preocupaciones? Puedes apuntar tus pensamientos intrusivos así como tratar de mitigarlos antes de acostarte.
Busca la frescura al despertarte
En primer lugar, es importante que no retrases la alarma. Cuando nos despertamos y nos volvemos a dormir solo para despertarnos un poco más tarde, se crea una especie de “inercia del sueño” que puede hacernos sentir aturdidos, perezosos e incluso puede persistir con el tiempo.
Si tienes la tentación de retrasarla todas las noches, siempre puedes colocarla un poco lejos de la cama para así tener que levantarte cuando suene. Además, es importante que elijas bien el tipo de alarma con el que te despiertas. Utiliza uno que te agrade o que sabes que no te provocará mal humor.
Una vez te despiertes, trata de buscar algo de luz. Exponerse a la luz puede ser el gran cambio que te permita despertarte con alegría. Puedes continuar tu mañana con una buena ducha tibia que te aportará una gran sensación de bienestar y activará tu circulación.
Si tienes algo de tiempo, también puedes hacer algo de yoga o estiramientos, aunque solo sean unos minutos. Añadir esta práctica a tu rutina matutina puede ser de gran ayuda para darte esa sensación de energía y aumentar tu capacidad para lidiar con el estrés durante el día.
También es importante que evites al máximo las prisas. Aunque pueda ser muy tentador dormir unos minutos más, las prisas pueden ser esa diferencia entre tener una mañana feliz y una mañana estresante. Asegúrate de despertarte pronto y poder ir a tu rimo.
Fabrica la felicidad
Una vez hayas empezado el día, toca hacer algo de trabajo para mantener la buena vibra. Y es que has de recordar que la alegría no es algo que tenga por qué venir a nosotros… ¡es algo que se fabrica cada día!
Piensa profundamente en lo que te espera en el día. Conversaciones con amigos, con familia, buenas acciones… Piensa en el resultado de todas estas acciones que llevas a cabo durante el día. ¿Tienen efectos positivos? Si no es así, ¿cómo podrían tenerlos? Cambia tu comportamiento cuando sea necesario para ejercer una influencia positiva en la vida de los demás.
Además, te invitamos a recordar los aspectos de tu vida en los que te sientes más realizado. ¿Se te da bien un determinado pasatiempo o tarea? ¿Tienes buen sentido del humor y haces reír a los demás? Puedes hacer una lista de las cosas que te hacen feliz y comprometerte a hacer al menos un par de esas cosas en tu día a día.
Es importante que, cuando se te presente la oportunidad, hagas buenas obras. Cosas pequeñas como pagarle el café a tu compañero de trabajo pueden marcar la diferencia. Hacer buenas acciones y utilizar un lenguaje positivo en tu día a día harán que tus mañanas sean más felices. Sobre todo, ¡sé amable! Esto puede producir un impacto positivo en los demás, pero también en ti.
Y lo más importante: concéntrate en el ahora. El presente es lo único que tenemos, así que ¡toca comerse el día con alegría!