La fase de sueño retrasada afecta a nuestro reloj interno

Ago 17, 2022 | CONSEJOS, DESCANSO | 0 Comentarios

Hay personas con tendencia a trasnochar. Se acuestan más tarde y, por ende, son incapaces de despertarse a una hora convencional y temprana. Y aunque nos pueda parecer frívolo o incluso irresponsable, has de saber que quizás detrás de este comportamiento se esconda un trastorno del sueño: la fase de sueño retrasada.

¿Qué es la fase de sueño retrasada?

El hecho de que durmamos de noche y realicemos actividades siguiendo la luz del sol no es un hecho aleatorio y baladí. El cuerpo humano aplica para su descanso un patrón de sueño-vigilia que sigue los denominados ritmos circadianos. Nuestro reloj biológico interno funciona de forma regular cada 24 horas, y lo hace utilizando una serie de elementos internos de nuestro cuerpo que actúan como si fueran sincronizadores.

La fase de sueño retrasada es un trastorno de este reloj interno que marca los ritmos circadianos. Se produce cuando los sincronizadores de nuestro ciclo sueño-vigilia sufren algún tipo de alteración, lo que provoca que los patrones del sueño convencional se retrasen varias horas. Es decir, los durmientes que lo padecen se acaban durmiendo mucho más tarde y, en consecuencia, se despiertan más tarde de lo habitual.

Existe una gran desinformación alrededor de este trastorno del sueño. Y es que resulta muy habitual asociar sus síntomas con la pereza, la irresponsabilidad y las personas vagas, sobre todo entre las personas más jóvenes. Aunque es posible que no todos los que muestran estos horarios desincronizados en el sueño sufran de la fase de sueño retrasada, en muchas ocasiones sí lo padecen.

¿Cómo se produce la fase de sueño retrasada? Posibles causas y síntomas más habituales que ayudan a su detección

Existen varios tipos de factores que pueden detonar la aparición de este trastorno del sueño. Sin ir más lejos, ciertos elementos de índole más social y laboral como pueden ser los cambios de turno en el trabajo o la actividad nocturna (hospitales, hoteles, servicio de limpieza, policía…) pueden llevar a perder esa regularidad en las horas de sueño y vigilia.

Fase de sueño retrasada

Pero para que se produzca ese desajuste entre nuestros ritmos circadianos, no es obligatorio que tengamos que tener un entorno diferente. Ya sea motivado por turnos rotativos en el trabajo u otros detonantes, el trastorno se suele original por una mala exposición a los ciclos luz-oscuridad.

Si no nos exponemos durante el día a la luz natural, es mucho más probable que acabe apareciendo la fase de sueño retrasada en nuestro reloj interno, sufriendo así el desfase respecto a los horarios convencionales. Por otra parte, es importante destacar que no existen atenuantes relacionados con problemas psicológicos como la depresión o la ansiedad.

Para detectar la aparición de este trastorno del sueño podemos guiarnos por los siguientes indicadores:

– Sin duda, el mayor indicador lo encontraremos en la desregulación del sueño. Una persona durmiéndose a altas horas de la madrugada y levantándose tarde porque es incapaz de despertar. Y esto puede producirse incluso llevando una correcta higiene del sueño.

– No se producen microdespertares o despertares nocturnos. En definitiva, no tiene síntomas que colinden con los del insomnio.

– Una vez la persona consigue dormirse, no encuentra dificultades para mantenerse dormido. Si a este patrón le sumamos el de los horarios retrasados, encontramos el principal indicador de que puede padecer este trastorno.

– En cambio, sí mostrarán cierto nivel de somnolencia y bajo nivel de alerta durante las primeras horas del día. Al despertar, se mostrarán cansados y bajos de energía. Una actitud que irá cambiando conforme avancen las horas, hasta llegar al mayor punto de vigilia a última hora de la tarde.