La «intención paradójica técnica» para combatir el insomnio
¿Alguna vez has intentado mantenerte despierto para, justamente, conseguir quedarte dormido? En cierta manera, así podríamos resumir en qué consiste la intención paradójica técnica, una intervención psicológica para combatir el insomnio.
¿Qué es la intención paradójica técnica?
Seguro que alguna vez en tu vida has utilizado lo que popularmente conocemos como psicología inversa. Sobre todo, si eres padre o madre, hablamos del pequeño truco de decir lo contrario de lo que estamos pensando para manipular de alguna manera la opinión de la otra persona (en este caso, los niños).
La técnica de intención paradójica es una especie de prima hermana de la psicología inversa, pero aplicada de manera consciente con uno mismo. Se trata de una estrategia terapéutica que aconsejan algunos profesionales y que consiste en indicar al paciente que siga pensando en todo aquello que le está creando el malestar emocional y psicológico. En lugar de evitarlo o interponer herramientas que derriben los pensamientos negativos, forzarnos en mantener esa dificultad.
Esta estrategia terapéutica encuentra su origen en la corriente humanista que predicaba el logoterapeuta Viktor Frankl, si bien es cierto que ha evolucionado conforme han transcurrido las décadas.
La intención psicológica que se esconde dentro de la intención paradójica técnica es que el paciente no luche contra el motivo por el que ha ido a consulta. En lugar de ello, se aconseja mantenerlo, potenciarlo e incluso desarrollarlo. Conforme más presente se tenga, más sentimiento de paradoja se genera en la persona. Lo que se consigue con ello es cambiar la conducta. A través de estas paradojas, pacientes con insomnio o problemas en el habla (por ejemplo, aquellos que tienden a tartamudear).
¿Cómo se aplica la intención paradójica técnica en el ámbito del sueño?
Seguramente, el ejemplo que mejor puede ilustrar la aplicación de la intención paradójica técnica es el del sueño. Imagina una persona que padece insomnio y que acude a un especialista para solucionarlo. Si el psicólogo quiere seguir esta estrategia terapéutica, lo que aconsejará a su paciente es que no luche contra el insomnio, sino que lo abrace.
Cuando lo anterior ya ha fracasado (no consumir bebidas con cafeína, practicar más deporte, acostarse antes, utilizar música ambiental…), lo que aconsejará el psicólogo es que el paciente se esfuerce en no dormir, utilizando para ello actos cotidianos como leer o ponerse la radio, por ejemplo. Según la intención paradójica, el paciente acabará tan cansado en realizar estos esfuerzos para no quedarse dormido, que curiosamente lo que pasará es que acabará conciliando el sueño.
Explicándolo de una manera más técnica, lo que consigue este tipo de estrategia es un paciente con menor nivel de ansiedad anticipatoria. Es decir, el miedo a mantenerse insomne, no dormir, levantarse al día siguiente agotado y no rendir en el trabajo (así sería más o menos la progresión). Un círculo vicioso de pensamientos negativos que aceleran e incrementan la ansiedad.
Al aplicar la intención paradójica técnica, se rompe la expectativa que tiene el paciente. Además, fija su intención y esfuerzos en justamente lo contrario al motivo de ir a consulta. Esto le otorga un mayor control, ya que teóricamente no ha de poner tanto esfuerzo en algo que ya está consiguiendo en contra de su voluntad. A partir de aquí, todo queda en manos del durmiente. Y es que no siempre es fácil aceptar que los síntomas han de aumentarse.
Por último, el terapeuta deberá realizar una evaluación de la propia evolución del paciente y comprobar si este ha conseguido mantenerse despierto o, justo lo contrario, ha conseguido el objetivo: quedarse dormido sin desearlo (rompiendo así el patrón negativo).