¿Es bueno o malo hacer la cama?
A continuación exponemos los pros y contras de una tarea tan sencilla y habitual como es hacer la cama a diario. Y tú, ¿eres de los que ha adquirido este hábito o por el contrario no le das importancia a esta rutina?
Ventajas de hacer la cama a diario
Adquiriendo este hábito estamos creando a la vez una buena técnica para vencer la tentación de volver a entrar en la cama para dormir un poco más. Ya estás fuera y listo para empezar el día.
Además, hacer la cama es la primera tarea y logro de la mañana. Esto puede dar un pequeño impulso para afrontar el resto de objetivos y tareas del día.
Del mismo modo el aspecto de la habitación se ve más ordenado y limpio solo con estirar las sábanas y colocar la almohada en su sitio.
Al hacer la cama es muy probable que nos sintamos más motivados para realizar más tareas y poner un poco más de orden en la habitación. Es una buena forma de activarse por la mañana y puede encadenar otras acciones como puede ser guardar la ropa en los cajones o separar la que ya se ha usado, por ejemplo.
Esta sencilla actividad también facilita la limpieza, si tenemos pensado pasar la escoba o barrer más tarde. Y por si fuera poco, es una forma de prevenir que el polvo que entra por las ventanas se deposite en el interior de las sábanas.
Al llegar a casa después de la jornada, ver la cama sin hacer y la ropa tirada o desordenada por la habitación puede resultar estresante. Entrar en la habitación y que todo guarde cierto orden provoca la sensación de calma y tranquilidad. Al igual, puede dar apuro que alguien entre y vea el desorden en nuestro dormitorio.
Esta sencilla tarea fomenta la capacidad para adquirir hábitos a los más pequeños de la casa y asumir responsabilidades en su día a día. De esta forma ante cualquier otra tarea rutinaria y constante que deban realizar, les costará mucho menos asimilarla y llevarla a cabo.
HACER LA CAMA FORMA PARTE DE LA ESTÉTICA DE LA HABITACIÓN
Contras de hacer la cama a diario
Hacer la cama inmediatamente después de levantarnos no es recomendable ya que favorece la proliferación de ácaros y bacterias en nuestra ropa de cama. Los microscópicos ácaros que pasan de nuestra piel a las sábanas mientras dormimos se multiplican cuando encuentran las condiciones mínimas de humedad.
A causa de la continua exposición a los ácaros y bacterias podríamos potenciar la aparición de asma, eccemas o dermatitis u otros problemas de salud relacionados con la exposición a estos microorganismos.
Además, perdemos tiempo de nuestro sueño, debido a que hemos de organizarnos para levantarnos más pronto y asumir dicha tarea diariamente.
5 consejos para hacer la cama
A continuación ofrecemos una serie de consejos y pasos para hacer la cama y eliminar los ácaros que se quedan en la cama después de levantarnos. Para ello es importante obtener un ambiente seco, lo más apropiado sería:
- Abrir las ventanas y ventilar la habitación nada más levantarnos. De esta forma en unos minutos tendríamos secas las sá
- Correr las cortinas y subir las persianas para proporcionar luminosidad dentro del dormitorio.
- Tender las sábanas y el resto de ropa de cama o airearlas antes de hacer la cama. Con esto aseguramos eliminar cualquier rastro de humedad.
- Sacudir la almohada y utilizar protectores de colchón para evitar que dichas bacterias puedan alojarse dentro del núcleo del colchón, ya que esta es una zona bastante difícil de ventilar.
- Cambiar las sábanas una vez a la semana. Lavando la ropa de cama nos aseguramos de que las bacterias y manchas sean eliminadas por completo. A la vez que alargamos la vida útil de nuestro equipo de descanso.
En conclusión, hacer la cama es bueno y conseguiremos reducir la cantidad de ácaros y bacterias que hayan anidado en nuestras sábanas poniendo en práctica estos cinco sencillos pasos que hemos comentado. Y tú, ¿eres más de hacer la cama o de dejarla deshecha?