Cómo guardar la ropa de cama

May 28, 2023 | CONSEJOS, PRODUCTOS | 0 Comentarios

A la hora de guardar la ropa de cama, es importante saber dónde y cómo hacerlo. Factores como la limpieza y el orden nos ayudarán a disfrutar del suave tacto de unas sábanas limpias o un cálido nórdico. Para ello, deberemos seguir una serie de trucos y consejos: desde el uso de los infalibles canapés abatibles hasta la manera más óptima de doblar los diferentes elementos que forman nuestra ropa de cama.

8 consejos que te ayudarán a guardar la ropa de cama de una manera más organizada y limpia

1. Guarda la ropa en espacios secos y alejados de la luz

Que la ropa de cama en general y las sábanas en particular se guarden limpias, secas, planchadas y perfumadas no es una cuestión estética. Más allá de la limpieza en sí, organizarlas de esta forma tan óptima te ayudará a su conservación y alargarás la vida útil de la ropa de cama. Lo ideal es reservar un armario propio, un cajón o incluso un baúl. Pero si hay unos espacios perfectos a los que dedicar única y exclusivamente para la ropa de cama, esos son los canapés abatibles. Un soporte de este estilo será capaz de guardar todas las sábanas, nórdicos y mantas de toda la familia. Tendremos a mano toda la ropa de cama de una manera organizada y salvando todos los elementos de la luz y la humedad.

2. Dobla las sábanas antes de guardarlas

Las sábanas han de guardarse estiradas, planchadas y bien dobladas. Aunque hablamos de una tarea algo monótona, resulta menos complicada de lo que parece. Por ejemplo, puedes utilizar el truco de doblar tanto la sábana como la bajera en cuadrados (o, en su defecto, rectángulos) para evitar las arrugas.

3. Separa la ropa de cama de otras categorías

Incide en la organización. A la hora de guardar la ropa de cama, lo más aconsejable es que lo hagas con textiles como toallas o manteles, pero de una manera separada. Además, organiza cada juego de cama para que estén siempre visibles y a mano. Puedes apilarlas o incluso introducir las sábanas y la bajera dentro de la funda de la almohada.

4. Perfuma las sábanas antes de guardarlas

No escatimes con el suavizante cuando vayas a poner una lavadora con la ropa de cama que vas a sustituir. A la hora de volver a utilizarla, ese aroma de ropa limpia será muy agradable para conciliar el sueño. Y a la hora de guardarla en un armario, ayúdate de bolsitas aromáticas y demás perfumadores para armarios.

5. Ayúdate de bolsas de tela para la organización

Los armarios y los canapés abatibles son muebles prácticos porque fomentan su uso. Abrirlos resulta tan fácil como estirar el brazo y hacer un simple movimiento. El trajín de abrir y cerrar estos espacios de almacenaje puede provocar que entre polvo y manche las sábanas limpias. ¿Qué tal si te ayudas de una bolsa de tela para guardarlas? Ofrecen protección del mencionado polvo y la transpiración necesaria para que no se acumule la humedad.

6. La humedad es el gran enemigo de la ropa de cama

Imagina que las sábanas no se secan bien y las guardas. ¿Qué va a pasar? El mal olor las impregnará y su tejido se deteriorará. Por el contrario, tampoco es recomendable guardarlas nada más haberlas planchado. Espera unos minutos a que recuperen la temperatura normal para almacenarlas.

7. Guarda las sábanas de una forma emparejada

Incidimos en la importancia del orden a la hora de guardar las sábanas en un armario o en un canapé abatible. Despeja los espacios donde vayas a almacenarlas y organízalas por juegos completos de ropa de cama. No las pongas de una forma apretada y no las dejes caer. Es importante que sus tejidos respiren y no se arruguen.

8. Evita la acumulación excesiva y sé selectivo con tu ropa de cama

Es habitual que vayamos acumulando todas las sábanas, bajeras, colchas, edredones y nórdicos que hemos tenido en los últimos años. Ya sea por cariño, por pereza o porque no las vemos muy deterioradas, pero el resultado es el mismo: se guardan, aunque nunca se van a utilizar. Despréndete de ellas y, si lo que estás haciendo es guardarlas para otro uso, guárdalas en otro espacio diferente al de las sábanas que sí utilizas.