¿Cómo elegir un colchón para personas mayores?

Dic 7, 2021 | CONSEJOS, TERCERA EDAD | 0 Comentarios

Cuando llegamos a cierta edad, las necesidades que necesitamos se ven modificadas. Y sobre todo lo hacen en una misma dirección: necesitamos más cuidados que antes. Esto se puede traducir desde la alimentación hasta el descanso a causa de desajustes de los biorritmos. Por ello, es importante conocer cuál es el mejor colchón para las personas mayores.

7 consejos previos que te ayudarán a elegir un colchón para personas mayores

A partir de los 65 años, las personas se topan de lleno con problemas para conciliar el sueño. Pierden la capacidad para dormir las mismas horas que tenían antes, sufriendo más despertares y, sobre todo, amaneciendo antes de lo debido.

Los patrones normales de sueño se alteran al llegar a ciertas edades, y los motivos pueden ir desde afecciones médicas y su correspondiente medicación a razones de índole más práctico. Entre ellas, la mala elección del colchón.

Para no fallar en algo tan vital en el descanso de los más mayores, hay que seguir tanto las condiciones físicas del durmiente, como sus necesidades. Y todo ello, deberemos pasarlo por una serie de recomendaciones.

1. El grado de dureza dependerá del peso del durmiente:

Colchones más blandos si se trata de personas más delgadas y firmeza más dura a mayor peso. De no acertar con ello, podemos provocar dolencias físicas en el largo plazo.

2. La posición en la que duermen:

Colchones blandos si duermen de lado para que acomoden mejor los hombros sin padecer puntos de presión. En el caso de dormir boca arriba, colchones con firmeza alta.

3. Saber si son calurosos o frioleros:

Acertar con el nivel de transpirabilidad es clave para ayudarles a que se adapten a temperaturas más extremas. Sobre todo, evitar que suden y pasen calor.

4. La altura de la cama:

No pongamos barreras arquitectónicas y dificultades a personas con movilidad reducida. En el caso de las personas mayores, lo ideal son camas más bajas. Sin embargo, los durmientes con problemas lumbares pueden necesitar mayor altura. La solución a todo esto son los somieres articulados.

5. Acertar con la base:

El punto anterior nos lleva a la elección del soporte donde posaremos el colchón. Por ejemplo, somieres articulados.

elegir un colchón para personas mayores

6. Incluir un protector impermeable:

La figura de estas fundas protectoras son muy válidas para durmientes de la tercera edad. Además de proteger el colchón, fomentan la circulación del aire de forma libre.

7. Atender a las necesidades físicas:

Las personas mayores, además de dormir menos por la noche y más durante el día, pueden sufrir problemas óseos como la artritis que tanto fastidia los huesos, problemas circulatorios o enfermedades respiratorias que precisan de una postura determinada. Todos estos condicionantes pueden convertirse a veces en largos periodos de permanecer en la cama.

¿Cuál podría ser el colchón adecuado para personas mayores?

Cómo has podido comprobar, no existe un único modelo de colchón. Las personas mayores difieren mucho en sus condiciones físicas y salud, así como en la higiene del sueño.

Sin embargo, tras el análisis de condicionantes, se puede establecer un modelo prototípico. Una especie de retrato robot del colchón que más se adaptará a las necesidades de descanso de la gente mayor:

Adaptabilidad

En general, se tenderá a niveles que puedan adaptarse a una mayor rigidez. Es decir, que no se sientan atrapados por el colchón.

Material

La tecnología ha evolucionado tanto en el sector del descanso, que hoy en día podemos elegir entre dos materiales distintos. Tanto los colchones viscoelásticos como los de látex pueden adaptarse a cualquier necesidad que tenga un durmiente mayor de 65 años. En el caso de los modelos viscoelásticos, se adaptarán de manera que el peso quede distribuido, produciendo así menor número de úlceras. Por su parte, los de látex aportarán sensibilidad y transpiración.

Apuesta por lo articulado

Al final, la conclusión más obvia nos señala tanto los colchones articulados como sus correspondientes bases. Una manera de solucionar tanto la movilidad del durmiente como la liberación de problemas respiratorios y de circulación.