¿Cómo afecta a tu cuerpo trabajar de noche y dormir de día?

Dic 8, 2021 | CONSEJOS, DESCANSO | 0 Comentarios

Según este estudio realizado sobre los efectos sobre la salud del trabajo por turnos y de las horas de trabajo prolongadas, hasta el 25% de la población activa europea dispone de un trabajo nocturno. Una situación laboral que influye en la calidad de vida. Porque trabajar de noche y dormir de día afecta a tu cuerpo de manera negativa. Cómo regularlo para no sufrir más problemas de salud, dependerá de la forma en la que descanse y cómo encare el resto de horas.

Este tipo de horarios laborales nocturnos, ha ido creciendo en el mundo occidental en las tres últimas décadas. Nada casual si tenemos en cuenta que hablamos de los años 90 y la entrada al nuevo milenio. Como siempre decimos en Maxcolchon, el ritmo de vida se incrementó en el siglo XXI, lo que ha conllevado también a que se necesite mayor número de trabajadores por la noche. Porque la economía nunca duerme. Pero nuestro cuerpo sí necesita descansar.

Esto es lo que le ocurre a nuestro cuerpo cuando no descansamos

Solo en España, casi dos millones de personas trabajan de noche y duermen de día. Hablamos de médicos, enfermeros, personal sanitario en general, obreros, trabajadores del sector servicios, panaderos o incluso estudiantes.

Todas estas clases de trabajadores ven cómo su organismo pierde el sentido con el que está concebido. Porque los humanos estamos preparados biológicamente para dormir de noche. Es cuando la melatonina, la hormona encargada de ajustar los biorritmos, segrega más cantidad. Y si trabajamos de noche, nos encontramos con una lucha biológica por permanecer despiertos.

Pero trabajar de noche no solo es sinónimo de bloqueo de los ritmos circadianos, haciendo que la mencionada melatonina se interfiera. Existen estudios que revelan que el trabajo nocturno aumenta las opciones de padecer cáncer en un plazo intermedio.

Por ejemplo, este estudio realizado durante dos décadas a 200.000 profesionales del sector sanitario concluyó que “el trabajo en turnos nocturnos rotativos a largo plazo se asoció con un mayor riesgo de cáncer de mama, especialmente entre las mujeres que realizaban trabajo por turnos durante la edad adulta”.

Más allá del cáncer, una de las enfermedades que más afectan a la población, este tipo de turnos nocturnos o rotativos también pueden traducirse en las siguientes enfermedades:

Cómo afecta a tu cuerpo trabajar de noche y dormir de día

Estrés

Alterar los ritmos circadianos produce una serie de cambios hormonales que, en su acumulación durante un tiempo prolongado, acaba convirtiéndose en estrés, ansiedad y otros problemas psicológicos. Además, puede producir irritabilidad y un empeoramiento del carácter de la persona que trabaja de noche. En conclusión, incluso sus relaciones personales pueden verse afectadas de manera negativa.

Cambios hormonales

Como decíamos en el punto anterior, la alteración de los biorritmos puede afectar a nuestras hormonas. Por ejemplo, en el caso de las mujeres pueden sufrir menstruaciones irregulares y difíciles de prever.

Problemas digestivos

Más allá de la alteración de los ritmos biológicos que afectan al sueño, trabajar de noche y dormir de día también afecta a nuestra alimentación. Y, por ende, al aparato digestivo. Como ya sabes, nuestros hábitos alimenticios están marcados por los horarios. Por tanto, un trabajo nocturno hace que comamos entre horas, de manera irregular o una sola comida y de manera copiosa y abundante. La conclusión de todo ello es el incremento de posibilidades de padecer problemas digestivos y de estómago.

Diabetes

Si hay una enfermedad que guarda una estrecha relación con el sueño es la diabetes. El motivo no es otro que la alteración en nuestros niveles de glucosa que provoca el hecho de trabajar de noche y dormir de día. Estos cambios de metabolismo al no dormir cuanto toca, desregula los niveles de glucosa en el organismo.

Aumento de la presión arterial y problemas cardiacos

 Una vez más, confundir al reloj biológico que asocia el día con el trabajo y la noche con dormir, provoca una alteración de la hormona responsable del estrés y aumento de cortisol. Todo ello acaba afectando a nuestra presión arterial. Y lo que es peor, prolongar esta situación acabará provocando problemas cardiacos.

Trastornos del sueño

Lo más obvio lo dejamos para el final. Trabajar de noche y dormir de día desprograma el sistema operativo que impera en nuestro cerebro. Es decir, si está preparado para que durmamos de noche y lo alteramos, acabamos provocando todo un conjunto de problemas neurológicos, biológicos y hormonales. Además, si llevamos esos turnos y ritmo de vida durante muchos años, el cerebro irá sufriendo más consecuencias en forma de insomnio, fatiga crónica, somnolencia, pérdida de memoria o falta de concentración.