Llámanos de Lunes a Sábado de 9:00 a 22:00 : 961 399 020 – 638 394 535
La almohada es un aspecto esencial para garantizar un buen descanso, y, por ende, la clave para nuestra salud física y mental. Y aunque existen diversos factores que influyen en la calidad de nuestro sueño, la forma en que utilizamos la almohada puede marcar la diferencia entre una noche de sueño reparador y una de vueltas interminables.
En este artículo, exploraremos en detalle cómo colocar la almohada para disfrutar de una noche de ensueño, cómo la altura de la almohada influye en nuestro descanso y por qué es tan importante dormir con ella.
La colocación correcta de la almohada puede parecer un detalle menor, pero tiene un gran impacto en la alineación de la columna vertebral y, por lo tanto, en la calidad del sueño. La función principal de la almohada es mantener la cabeza y el cuello alineados con el resto de la columna vertebral, evitando tensiones y presiones innecesarias.
Para empezar, es importante que la almohada soporte tanto la cabeza como el cuello. Esto significa que no debe estar ni demasiado alta ni demasiado baja. Si estás acostado boca arriba, la almohada debe llenar el espacio entre la cabeza y el colchón, manteniendo la cabeza ligeramente elevada pero no tanto como para que el cuello se doble hacia adelante. En esta posición, la almohada debe soportar la curvatura natural del cuello, permitiendo que los músculos se relajen.
Si duermes de lado, la almohada debe ser lo suficientemente alta como para mantener la cabeza en una posición neutral, alineada con la columna. Esto evita que la cabeza se incline hacia arriba o hacia abajo, lo que puede causar tensiones en el cuello y los hombros. Además, una buena práctica es colocar otra almohada entre las rodillas para mantener las caderas alineadas, lo que también contribuye a una postura correcta durante el sueño.
Por otro lado, si prefieres dormir boca abajo, la recomendación general es usar una almohada muy delgada o incluso prescindir de ella, ya que en esta posición el cuello tiende a torcerse y estar bajo tensión. Sin embargo, debido a que dormir boca abajo no es la posición más favorable para la columna, es aconsejable intentar cambiar de postura a una que ofrezca un mejor soporte.
La altura de la almohada es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta para garantizar un buen descanso. Un modelo que sea demasiado alto o demasiado bajo puede desalinear la columna vertebral, lo que a su vez puede causar dolores de cuello, espalda y hombros.
Cuando la almohada es demasiado alta, especialmente en personas que duermen boca arriba o de lado, el cuello se dobla hacia adelante o hacia un lado, lo que genera una tensión muscular que puede llevar a rigidez y malestar al despertar. Este mal posicionamiento puede, además, dificultar la respiración y agravar problemas como el ronquido o la apnea del sueño.
En cambio, una almohada que es demasiado baja no proporciona el soporte adecuado, permitiendo que la cabeza caiga hacia atrás en el caso de quienes duermen boca arriba o que se incline demasiado hacia la cama en quienes duermen de lado. Esto también puede causar una tensión innecesaria en el cuello y los hombros.
La clave para determinar la altura adecuada de la almohada radica en la distancia entre la base del cuello y el hombro, en el caso de quienes duermen de lado, o en la curva natural del cuello para quienes duermen boca arriba. Un modelo que mantiene la cabeza en una posición neutral, ni demasiado elevada ni demasiado baja, es ideal para mantener la alineación correcta de la columna vertebral durante el sueño.
Es importante mencionar que la firmeza de la almohada también juega su propio papel. Y es que los modelos más firmes pueden mantener su forma durante la noche y proporcionar un soporte consistente, mientras que las alternativas más blandas pueden adaptarse mejor a la forma de la cabeza y el cuello, pero a veces no ofrecen suficiente soporte, lo que puede llevar a una mala alineación.
La almohada no solo es un accesorio de comodidad, también cumple una función fundamental en la calidad de nuestro sueño. Su papel es proporcionar soporte a las estructuras cervicales mientras dormimos, lo que ayuda a prevenir dolores y molestias al despertar.
Dormir con una almohada adecuada ayuda a mantener la alineación natural de la columna vertebral. Sin este soporte, los músculos del cuello y la espalda pueden permanecer en tensión durante la noche, lo que puede causar rigidez, dolores musculares e incluso afectar negativamente la postura a largo plazo.
Además, una almohada adecuada puede ayudar a mejorar la respiración. Mantener la cabeza en una posición ligeramente elevada facilita la apertura de las vías respiratorias, lo que puede ser especialmente beneficioso para quienes sufren de apnea del sueño o ronquidos. Al mantener una alineación adecuada, también se facilita el flujo de aire durante la noche, lo que contribuye a un sueño más reparador y profundo.
Es también interesante que la almohada ofrezca un impacto psicológico. Dormir en una posición cómoda y bien apoyada puede inducir una mayor sensación de seguridad y confort, lo que facilita la transición al sueño y mejora la calidad del descanso.
La elección de no usar almohada o de usar una almohada inapropiada puede llevar a desarrollar problemas de salud a largo plazo, como dolores crónicos de cuello y espalda, problemas de postura, y trastornos del sueño. Por esto, es fundamental dedicar tiempo a encontrar la almohada que mejor se adapte a nuestras necesidades individuales, considerando tanto la posición en la que dormimos como nuestras características físicas particulares.
En Maxcolchon llevamos más de dos décadas dedicándonos a mejorar la calidad del descanso de miles de personas. Nuestro equipo está formado por especialistas en sueño, ergonomía y producto, que trabajan día a día para ofrecer información veraz, práctica y basada en la experiencia real de quienes conocen el descanso por dentro y por fuera.