Buenos hábitos de sueño en ancianos
Si los buenos hábitos de sueño son importantes para todas las personas, aún se vuelven más indispensable en los ancianos. Cuando llegamos a la tercera edad, los adultos experimentan un crecimiento de los problemas para poder conciliar el descanso. La proliferación de trastornos, sumados a los típicos achaques de la edad, acaban influyendo en la salud. Por ello, es importante concienciarnos cuanto antes de la importancia de un buen descanso. Y todo comienza por adquirir la mejor higiene del sueño posible.
(h2) La importancia de establecer una rutina del sueño en la tercera edad: cómo conseguirla a pesar de los achaques de la edad
Uno de los problemas más extendidos entre la población que integra la tercera edad es la falta de sueño. Una situación generalizada cuyas consecuencias afectan tanto a la propia salud como la calidad de vida. El día a día se ve afectado por determinados trastornos y conductas relacionadas con el sueño.
Si bien es cierto que en la gran mayoría de los ancianos estos problemas encuentran su origen en el obligado proceso de envejecimiento, no siempre está causado por motivos biológicos. La perdida de sueño o la alteración en los horarios (despertarse antes, dormir durante el día, sufrir despertares nocturnos) puede obedecerse a la presencia de otras enfermedades muy asociadas a la vejez. Desde la demencia o el Alzheimer a la propia ingesta de medicamentos. En definitiva, un caldo de cultivo donde el descanso sale mal parado.
Para poder mejorar no solo el descanso, sino la propia calidad de vida de nuestros mayores, lo ideal es establecer y cumplir con una rutina del sueño. Y todo comienza por dormir por las noches un número de horas regular. Aunque se establece que deben ser unas 8 horas, las personas mayores de 65 pueden reducirlas a unas seis, teniendo en cuenta que realicen un menor gasto de energía durante el día. Además, pueden complementar ese sueño con siestas algo más largas.
A partir de esta premisa, los ancianos deberían seguir los siguientes consejos para mejorar su higiene del sueño:
- Ambienta un dormitorio que invite al descanso y la relajación. Para ello, disfruta del mejor equipo posible con un colchón con un buen nivel de adaptabilidad y una firmeza baja.
- Los dispositivos electrónicos no ayudan a la desconexión. Además, emiten un tipo de luz que interfiere en los ritmos circadianos. Se aconseja depositarlos en otra habitación.
- Procura ser regular con los horarios del día a día. Acostarse y levantarse siempre a la misma hora.
- Una dieta sana y equilibrada siempre es necesario. Y aún lo es más una cena ligera cuya digestión no dificulte la conciliación del sueño.
- Nunca cenes poco antes de irte a dormir, es mucho más aconsejable cuando queden un par de horas para acostarnos.
- El consumo de determinadas sustancias dificultará la conciliación del sueño y su mantenimiento. Por ejemplo, las bebidas energéticas, el café, la cafeína, el alcohol y el tabaco.
- Siempre que el estado físico lo permita, intenta realizar algo de ejercicio. Lo mejor que pueden hacer las personas de la tercera edad es dar largos paseos que, al menos, superen los 45 minutos de duración.
- Intenta controlar las siestas. No sucumbir a la somnolencia diurna nos ayudará a descansar por la noche.
- Consulta con tu médico de cabecera por los medicamentos que te han recetado. Si alguno conlleva más probabilidades de provocar insomnio como efecto secundario, quizás encuentre una alternativa.