Las siestas del estrés

May 18, 2021 | TRASTORNOS DEL SUEÑO


¿Podrías identificarte con la siguiente situación? Te despiertas, desayunas en 5 minutos, llevas a tus hijos al colegio, acudes corriendo al trabajo, te pasas ocho largas horas a base de cafés (y un parón de 25 minutos para comer una ensalada), recoges a los niños de las clases extraescolares, vuelves a casa, ayudas con los deberes y antes de que ellos caigan rendidos por el cansancio, ya lo has hecho tú. ¡Ah! Y durante todo ese tiempo has estado chequeando tus redes sociales y recibiendo miles de impactos. Así es el día a día de millones de personas. Y una sola consecuencia: el aumento significativo del estrés.

¿Por qué es tan importante un buen descanso para nuestra salud emocional y psicológica?

Nadie nos avisó de que lo supondría el siglo XXI. Abrazamos la modernidad, la tecnología, la comunicación 2.0 y las mayores expectativas laborales. Por el camino, encontramos una pareja y decidimos si ser padres o no. En cualquiera de los casos, nos topamos con un ritmo de vida casi infernal que nos cogió de la mano y no nos soltó ni en vacaciones. Porque ahora preferimos viajar a lugares recónditos y regresar a casa apenas un día antes de la vuelta al trabajo. En conclusión, cansancio, ansiedad y estrés.

El cansancio promovido por la falta de sueño es el interruptor que más ayuda a encender y apagar ciertas emociones. Explicado por la ciencia como una especie de almacén, es a través del sueño cómo podemos ir codificando y guardando toda la información vivida durante las experiencias del día a día: recuerdos, vivencias, traumas, sensaciones…

Estos impactos emocionales son los que activan el núcleo emocional del cerebro. El es el encargado de etiquetar los recuerdos según su importancia. De los más significativos que ocuparán un espacio importante a los prescindibles, que ya ni recordamos al día siguiente. Según ese grado de magnitud, utilizarán mayor o menor proceso durante nuestro sueño. En definitiva, las emociones más vitales y significativas serán las más fáciles de recuperar en el futuro, pero solo podremos hacerlo si descansamos de manera óptima.

En palabras de la especialista en sueños y emociones Elaina Bolinger, investigadora en la universidad alemana de Tuebingen, “los sueños son particularmente efectivos a la hora de transformar la memoria emocional”. O lo que es lo mismo, un sueño puede llegar a funcionar como una especie de calmante para nuestra ansiedad. Y si no dormimos o lo hacemos mal, el estrés y ansiedad se harán más fuertes.

Dormir como método antiestresante

Hemos comentado en otras ocasiones que el estrés es uno de los factores principales que pueden llegar a provocarnos insomnio. Una situación transitoria siempre y cuando no dure más allá de las tres semanas y un insomnio crónico primario si se alarga más de las tres mencionadas semanas.

Sin embargo, y de manera que puede resultar contradictoria, es posible que te haya pasado lo siguiente en alguna que otra ocasión. Tras una discusión con tu pareja, un mal día en el trabajo o una situación que te ha llevado al límite, solo has encontrado el amparo y la tranquilidad yéndote a dormir. Son las conocidas como siestas del estrés (o siestas del miedo). Es decir, esos descansos cortos que actúan como una especie de mecanismo de defensa. Un calmante que lucha contra ese estado emocional.

Las denominadas siestas del estrés también pueden relacionarse de alguna manera con ciertas necesidades físicas y biológicas de nuestro cuerpo. Sin ir más lejos, resultan una forma de reponer toda la glucosa que perdemos cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes. Y es que, dormir es una de las mejores salidas que tiene nuestro cuerpo para reiniciar todo el organismo.

La mejor manera de dormir una siesta del estrés

El estrés, reconocido enemigo del ser humano del siglo XXI, puede acabar convirtiéndose en uno de los peores problemas. De no saber gestionar esos momentos, la situación puede llegar a resultar francamente perjudicial para nuestro organismo. Por ello, si optamos por echar una de estas siestas del miedo y liberarnos de esa ansiedad, nada mejor que disponer las mejores condiciones para esa cabezadita.

– Acondiciona tu habitación y no renuncies a disfrutar del mejor equipo de descanso posible.

– Practica la meditación para ordenar tus emociones, realiza ejercicios de yoga para contrarrestar el estrés y aprende a respirar de manera profunda.

– Mantén una dieta sana, equilibrada y rica en nutrientes.