13 Consecuencias de Dormir Poco

Dic 30, 2024 | CONSEJOS, DESCANSO, TRASTORNOS DEL SUEÑO

¿Sabías que no dormir suficientes horas cada noche puede pasarnos factura? ¿Conoces las consecuencias de dormir poco? Descansar es una actividad inherente a la naturaleza del ser humano de la que depende, a grandes rasgos, la salud de nuestro cuerpo y cerebro. Y es que, mientras dormimos, se producen importantes procesos que permiten que nuestro organismo rehaga su equilibrio interno a nivel bioquímico y metabólico.

Al dormir, se consigue un estado de reposo en el que se reducen al máximo todos los sentidos y los movimientos. Esta calma corporal y el descanso mental permiten recobrar energías y vitalidad para el día siguiente.

En este artículo de Maxcolchon te explicamos algunos de los riesgos que puede conllevar dormir pocas horas cada noche. Y tú, ¿duermes lo suficiente?

 Consecuencias de dormir pocas horas

Estas son las principales consecuencias de dormir menos horas de las recomendadas por todos los expertos en materias de salud y descanso.

Aumento del estrés

No dormir suficientes horas puede afectar a nuestro estado anímico, haciéndonos estar más tensos e irascibles y provocando un aumento en nuestro nivel de estrés. Esto se debe a que, mientras dormimos, nuestro cuerpo se relaja y eso facilita la producción de melanina y serotonina. Estas hormonas son las encargadas de contrarrestar los efectos de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) por lo que nos ayudan a sentirnos más felices y emocionalmente más fuertes.

Perjudica la memoria

Mientras dormimos, nuestro cerebro asimila lo aprendido durante el día y se consolidan la memoria y los recuerdos. Por ello, no dormir la cantidad adecuada de horas puede provocar a largo plazo un deterioro cognitivo, especialmente en las personas mayores.

Aumenta el riesgo de enfermedades

La falta de sueño puede afectar a la capacidad de nuestro organismo para procesar glucosa, lo que puede provocar un aumento de los niveles de azúcar en sangre. Este hecho puede favorecer la aparición de diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Además, descansar mal y dormir poco puede perjudicar la respuesta y eficiencia de nuestro sistema inmunológico.

Según la Sociedad Española del Sueño (SES), los ancianos que duermen las horas necesarias (7-8 horas) presentan un mejor funcionamiento cognitivo, menos enfermedades físicas y mentales y una mejor calidad de vida en general.

Puede hacernos engordar

Así es, nuestro peso también depende en gran medida de nuestro descanso. Esto se debe a que la falta de sueño hace que los adipocitos (células grasas) liberen menos leptina, la hormona supresora del apetito.

En este sentido, el insomnio puede provocar que el estómago libere más grelina (la hormona del apetito). Ambas acciones hacen que al dormir poco podamos sentir un mayor deseo de comer e ingerir más calorías de las que realmente necesitamos.

Aumenta el riesgo de accidentes

Las personas que duermen poco o mal tienen mayor riesgo de sufrir accidentes de tráfico o laborales debido a los efectos negativos que pueden generarse en la coordinación ocular, los reflejos y la capacidad de atención.

Daños cerebrales

Dormir poco puede afectar gravemente a la salud de nuestro cerebro. La falta de sueño reduce la capacidad del cerebro para eliminar toxinas y regenerar células. A largo plazo, puede contribuir al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, ya que impide que el cerebro se regenere adecuadamente durante la noche.

Aumento de la presión arterial

El descanso insuficiente puede provocar que los niveles de presión arterial se mantengan elevados durante más tiempo. ¿Por qué sucede esto? Porque, al no descansar lo suficiente, el sistema nervioso simpático (que regula las respuestas al estrés) se mantiene activo más tiempo de lo necesario, lo que aumenta la presión arterial de manera crónica.

Menor sensación de saciedad en el estómago

Cuando no dormimos lo suficiente, se alteran las hormonas responsables de regular el apetito. Además de la liberación de grelina (que aumenta el hambre), también se reduce la producción de leptina, lo que hace que nos sintamos menos saciados después de comer. Es decir, puede llevarnos a comer más de lo necesario.

Más posibilidades de sufrir diabetes

La falta de sueño afecta negativamente a cómo el cuerpo procesa la insulina, la hormona responsable de regular los niveles de azúcar en sangre. Dormir pocas horas puede provocar una resistencia a la insulina, lo que aumenta las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2.

Pérdida de reflejos

Cuando no descansamos lo suficiente, nuestros reflejos se ven afectados. La falta de sueño provoca que las conexiones neuronales funcionen de manera más lenta, lo que reduce nuestra capacidad de respuesta ante situaciones imprevistas. Nos referimos a un deterioro de los reflejos que puede aumentar el riesgo de sufrir accidentes o lesiones.

Riesgo de ataque al corazón

No dormir lo suficiente también incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. Durante el sueño, el ritmo cardíaco se reduce y el cuerpo descansa. Cuando este descanso es insuficiente, el corazón no tiene el tiempo necesario para recuperarse, lo que aumenta la posibilidad de sufrir un ataque al corazón o problemas cardiovasculares graves.

Posibilidad de desórdenes psiquiátricos

La privación crónica de sueño puede desencadenar trastornos psiquiátricos como la depresión, la ansiedad o incluso la psicosis. Dormir es esencial para mantener el equilibrio emocional, y su falta prolongada puede afectar a la química cerebral, favoreciendo el desarrollo de estos trastornos.

Pérdida de deseo sexual

La falta de sueño también puede afectar a la libido. Al no descansar lo suficiente, los niveles de energía y bienestar general disminuyen, lo que puede reducir el interés y deseo sexual. Además, en los hombres, la falta de sueño prolongada es capaz de reducir los niveles de testosterona, lo que también influye en la pérdida de deseo sexual.

Enfermedades asociadas a dormir pocas horas

La privación de sueño está relacionada con el desarrollo de múltiples enfermedades crónicas y degenerativas. Trastornos metabólicos como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares se ven notablemente influenciados por la falta de descanso adecuado. Además, la ciencia ha demostrado que dormir menos de las horas recomendadas puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia y Alzheimer a medida que envejecemos. No solo el cuerpo, también el cerebro sufre las consecuencias de un mal descanso, afectando la función cognitiva y reduciendo nuestra capacidad de respuesta inmunológica.

 Predisposición genética a dormir poco

Aunque las necesidades de sueño varían entre personas, la genética juega un papel clave en determinar cuánto descanso necesitamos.

Algunas personas pueden poseer variantes genéticas que les permiten funcionar correctamente con menos horas de sueño sin experimentar las consecuencias típicas de la privación. De todas formas, estas excepciones son raras, y para la mayoría de la población, dormir menos de 7 horas por noche con regularidad puede tener efectos negativos para la salud, como aumentar el riesgo de hipertensión, problemas cardiovasculares y trastornos del estado de ánimo.

Aun con esta predisposición genética, es importante priorizar el sueño como un pilar fundamental de la salud.

¿Cuántas horas necesitamos dormir cada noche?

Después de leer algunas de las consecuencias que puede acarrear el hecho de dormir pocas horas, quizás te estés preguntando: ¿cuántas horas es recomendable dormir? Aunque esto no se trate de una cuestión matemática, ya que cada persona necesita más o menos tiempo para recuperar energías y descansar, podemos encontrar diferencias en las horas de sueño y la edad de las personas.

Según ha revelado un equipo de expertos en el sueño de la National Sleep Foundation tras distintos estudios, estas son las necesidades de sueño según distintos rangos de edad:

  1. Niños en edad escolar (6-13): se recomienda un sueño de entre 9 y 11 horas. Nunca menos de 7 ni más de 12.
  2. Adolescentes (14-17): lo ideal es dormir entre 8 y 10 horas. No es aconsejable dormir menos de 7 ni más de 11.
  3. Adultos jóvenes (18 a 25): el estudio recomienda dormir entre 7-9 horas. Nunca menos de 6 ni más de 11.
  4. Adultos (26-64): lo preferible es dormir entre 7 y 9 horas. Menos de 6 o más de 10 no son aconsejables.
  5. Mayores de 65 años: lo ideal es descansar entre 7-8 horas durante el día. El estudio desaconseja dormir menos de 5-6 horas o más de 9.

Quizás ahora que conoces algunas de las consecuencias que puede conllevar dormir pocas horas te lo pienses dos veces antes de acostarte tarde y quedarte mirando alguna de tus series favoritas. No le restes horas a tu descanso, ¡con la salud no se juega!