Descubre las 17 Curiosidades del Sueño Más Sorprendentes

Jun 19, 2025

Dormir es una función biológica esencial que va mucho más allá del simple descanso. Aunque pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, el sueño sigue siendo uno de los procesos más complejos y menos comprendidos del cuerpo humano. ¿Por qué lo necesitamos tanto? ¿Qué sucede mientras dormimos? Lo que sí sabemos es que el sueño está lleno de datos fascinantes, estudios curiosos y comportamientos sorprendentes.

En este artículo de Maxcolchon te contamos 17 curiosidades del sueño que te van a dejar despierto (al menos unos minutos más).

Curiosidades sobre el sueño

A día de hoy, hay muchas cosas sobre el sueño que aún nos sorprenden. Estas curiosidades del sueño nos ayudan a entender mejor cómo funciona nuestro cuerpo y por qué descansar bien es tan importante. Algunas tienen base científica, otras son casi anecdóticas, pero todas nos recuerdan que dormir es mucho más que cerrar los ojos.

1. No todos necesitamos 8 horas

Aunque se repite como una regla universal, la necesidad de dormir 8 horas es solo una media porque no todas las personas necesitan ese tiempo exacto de sueño para rendir bien. Algunas están perfectamente descansadas con seis, mientras que otras requieren nueve para funcionar al cien por cien. Lo más importante no es la cantidad universal, es la calidad del descanso y cómo responde tu cuerpo a ese ritmo.

La genética influye directamente en la duración del sueño ideal. Incluso hay quienes pueden dormir solo 4 o 5 horas sin consecuencias negativas, mientras que otros necesitan más de 9 para rendir. La clave está en conocer tu cuerpo y no forzarlo.

2. Dormir mal engorda

Dormir poco afecta a las hormonas del apetito: disminuye la leptina (que regula la saciedad) y aumenta la grelina (que estimula el hambre). El resultado: más antojos, sobre todo de alimentos calóricos.

Además, al dormir mal, aumenta la impulsividad, lo que lleva a tomar peores decisiones alimentarias. El cuerpo, en modo de alerta por falta de descanso, busca energía rápida en forma de azúcar y grasas.

3. El cuerpo sigue activo mientras dormimos

Durante el sueño, el cuerpo realiza tareas clave como reparar tejidos, fortalecer el sistema inmune y consolidar la memoria. Aunque parezca que todo se apaga, tu cuerpo está en modo “reparación intensiva”.

Incluso órganos como el hígado, el cerebro y el sistema digestivo siguen trabajando. Es en esta fase cuando el cuerpo limpia toxinas, regula hormonas y refuerza funciones vitales para afrontar el día siguiente.

4. Las mujeres duermen más que los hombres (y sueñan más)

Diversos estudios han demostrado que las mujeres tienden a dormir una media de 20 minutos más por noche. También tienen más fases REM, por lo que sueñan más y recuerdan mejor lo que han soñado.

Esto podría deberse a una mayor demanda mental durante el día o a diferencias hormonales. Además, las mujeres suelen despertarse más veces por noche, por lo que necesitan más tiempo total para lograr un sueño reparador.

5. Hay quien no puede soñar en color

Una parte de la población asegura que solo sueña en blanco y negro. Se estima que en torno al 12 % de las personas tiene este tipo de sueños. Lo curioso es que esta cifra era bastante más alta en las décadas en las que la televisión en blanco y negro era lo habitual.

El cerebro reproduce estímulos visuales familiares, por lo que quienes crecieron viendo imágenes monocromas tienen más probabilidad de tener sueños similares. Una muestra más de cómo el entorno moldea nuestro subconsciente.

6. Dormir poco afecta como el alcohol

Pasar 18 horas despierto reduce tu capacidad de reacción de forma similar a tener 0,05 % de alcohol en sangre. Dormir mal de forma crónica puede afectar a tu concentración y rendimiento tanto como beber.

Incluso puede ser peligroso al volante o al realizar trabajos de precisión. Por eso, el descanso adecuado debería considerarse tan importante como la nutrición o el ejercicio.

7. Algunas personas siguen hablando dormidas

El sonambulismo no es lo único extraño que ocurre por la noche. También hay quien habla, canta o incluso grita durante el sueño. Y no, no suelen recordar nada al día siguiente.

Hablar dormido forma parte de los llamados trastornos del sueño NREM. Y aunque este tipo de fenómenos normalmente son inofensivos, en algunos casos pueden interferir con la calidad del sueño o generar conflictos con quienes comparten habitación.

8. Las pesadillas también tienen función

Las pesadillas no solo aparecen por cenar pesado o ver películas de terror. Pueden ser una forma de procesar emociones intensas o situaciones estresantes. De hecho, los expertos creen que nos ayudan a prepararnos mentalmente para afrontar miedos reales. Es una especie de «ensayo emocional» que entrena al cerebro para enfrentarse a la ansiedad.

9. El cuerpo se paraliza mientras sueñas

Durante la fase REM, en la que ocurren la mayoría de los sueños, el cuerpo está temporalmente “desconectado” del cerebro para evitar que actuemos físicamente nuestros sueños.

Hablamos de un mecanismo de seguridad que evita que nos lesionemos mientras soñamos con correr, pelear o volar. En casos raros, este proceso puede fallar, y ahí es cuando ocurren los llamados “sueños activos”.

10. Las posiciones para dormir influyen en tu salud

La forma en que dormimos tiene un impacto directo en nuestra salud. Dormir boca arriba puede agravar los síntomas de la apnea, mientras que hacerlo boca abajo aumenta la presión sobre la zona cervical. La posición lateral, especialmente del lado izquierdo, favorece la digestión y mejora el flujo sanguíneo. Además, usar un colchón y almohada que se adapten a esa postura mejora notablemente la calidad del sueño.

11. El sueño se puede entrenar

Al igual que entrenas un músculo, también puedes mejorar tu sueño con hábitos. ¿Cómo? A través de horarios regulares, cenas ligeras, desconexión de pantallas y un entorno adecuado.

Y es que para dormir bien hay que saber crear una rutina saludable. ¿El objetivo? Un descanso que reme a favor de respetar los ritmos circadianos y un control total del ambiente.

12. El insomnio crónico es un problema de salud pública

Se estima que hasta el 30 % de la población tiene problemas de sueño en algún momento de su vida. Una premisa a la que hay que sumar que el insomnio crónico está relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ansiedad y depresión.

Además, afecta la productividad, la concentración y el bienestar emocional. Por eso es importante no normalizar dormir mal y buscar soluciones si los problemas se alargan en el tiempo.

13. Algunos animales duermen con un ojo abierto

Los delfines, por ejemplo, son capaces de “desconectar” solo la mitad de su cerebro. Así pueden dormir mientras siguen nadando y manteniéndose alerta ante posibles peligros. Este fenómeno, llamado sueño unihemisférico, también ocurre en ciertas aves. Les permite descansar sin perder la vigilancia, especialmente en entornos donde la supervivencia lo exige.

14. Dormir mal afecta a tu sistema inmunológico

Cuando no duermes bien, tu cuerpo produce menos citocinas, las proteínas clave para combatir infecciones. Por eso, el descanso de calidad no solo te hace sentir mejor: también te ayuda a enfermar menos.

En este sentido, los resfriados, la gripe e incluso procesos inflamatorios crónicos tienen más probabilidades de aparecer cuando no se descansa adecuadamente. Dormir es, en cierto modo, un acto preventivo de salud.

15. Puedes resolver problemas mientras duermes

¿Te ha pasado alguna vez que te acuestas con una duda y te despiertas con la solución? Durante el sueño, el cerebro reorganiza la información y, a veces, encuentra conexiones nuevas.

Se trata de un fenómeno que está especialmente relacionado con la fase REM, donde la mente combina experiencias, memorias y estímulos de forma más libre, como en una tormenta creativa inconsciente.

16. La “borrachera de sueño” existe

Se llama inercia del sueño y es esa sensación de aturdimiento que puedes tener al despertar, especialmente si te has despertado durante la fase profunda. Aunque dura pocos minutos, puede interferir en tareas que requieren atención inmediata. Evitar despertarse bruscamente y mantener horarios regulares ayuda a minimizar este efecto.

17. La falta de sueño afecta al estado de ánimo más que al físico

Dormir poco un día no cambia tu aspecto, pero sí tu estado mental. Estás más irritable, más reactivo y con menos capacidad de concentración. ¿Por qué ocurre esto? Básicamente, porque el cerebro, privado de descanso, tiene más dificultad para regular las emociones y responder de forma adecuada al entorno. Una noche de mal sueño puede cambiar tu humor por completo.

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Equipo Maxcolchon

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