Cómo saber si sufres el Síndrome de Burnout

Sep 27, 2021 | TRASTORNOS DEL SUEÑO | 0 Comentarios

El próximo 1 de enero de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocerá de forma oficial una nueva enfermedad: el Síndrome de Burnout. También conocida de manera popular como el “síndrome de estar quemado”, hablamos de una enfermedad de tipo mental que se define por el desgaste profesional y la presión laboral. De esta manera, el año 2022 será el que por fin confirme algo que ya sabíamos. Somos presos de nuestro trabajo.

¿En qué consiste el Síndrome de Burnout?

Podemos asociarlo plenamente con el siglo XXI y la forma en la que ahora encaramos el trabajo, pero el término «burnout» se acuñó por primera vez en 1974 por Herbert Freudenberger. Fue en su libro “Burnout: The High Cost of High Achievement” y lo definía como un trastorno que es consecuencia del estrés laboral crónico, caracterizándose por un estado de agotamiento emocional que deriva en cinismo, actitud distante, sensación de ineficacia y sentimiento de no estar cumpliendo bien con las tareas. De alguna manera, se complementa con el conocido como Síndrome del Impostor.

El establecimiento como enfermedad mental del Síndrome de Burnout tendrá una doble lectura. La positiva, el reconocimiento servirá para poder tratarlo como se merece, para prevenirlo y hacer pedagogía sobre él. Por el contrario, también es la confirmación de cierto declive social. La excesiva ambición profesional combinada con la alta presión que se ejerce sobre los trabajadores e incluso la inestabilidad o ausencia de trabajo, nos han mermado hasta el punto de crearnos un nuevo trastorno.

El Síndrome del quemado puede definirse como ese trastorno emocional y psicológico que está provocado por el estrés laboral y cómo afecta a nuestro día a día. Aunque el Síndrome de Burnout está altamente vinculado al ámbito laboral, en realidad impacta en la vida del que lo padece. Y lo hace con consecuencias físicas y psicológicas en forma de ansiedad o depresión

Como ya hemos visto, este síndrome que fue mencionado en 1974 está ligado al ritmo de vida del siglo XXI. A pesar de su bisoñez, ya podemos establecer un patrón que se repite entre las personas que lo padecen: afecta más a aquellos trabajadores que han elegido su profesión de manera vocacional. Es decir, la pasión desmedida por lo que haces, puede facilitar su aparición.

Causas y síntomas del Síndrome del quemado

Ya hemos comprobado que el Síndrome de Burnout encuentra su principal detonante tanto en la presión laboral (condiciones de trabajo) como en el propio entorno (jefe, compañeros). Lo que sucede es que la carga de trabajo excesiva, el nivel de estrés, la presión autoimpuesta o provocada por los superiores, la ausencia de apoyo, las malas relaciones con compañeros, los objetivos, el acoso, la poca autonomía o la falta de formación para desempeñar ciertas tareas acaban bifurcando en una sola dirección: el estrés crónico convertido en el síndrome del quemado.

El trabajador se encuentra de repente con un estado anímico y emocional en el que el estrés, la angustia, la presión o la tristeza hacen mella. Sentimientos y sensaciones que no se pueden aparcar fuera del trabajo, arrastrando todos esos problemas a casa con lo que ello conlleva. ¿Por qué sucede esto?

– El nivel de exigencia: Aunque también puede ser autoimpuesto, lo habitual es encontrar un elevado nivel de exigencia por parte de los superiores.

– Horarios de trabajo: Cada vez más largos e incluso inexistentes. ¿Cuántas veces te has llevado el trabajo a casa?

– Ambiente laboral tóxico

– Exceso de trabajo físico promovido por mala organización, falta de personal etc…

– Expectativas personales o las ejercidas por superiores o compañeros

– La propia personalidad del trabajador: existen cualidades personales como la dependencia o la inseguridad que hacen a esos trabajadores más proclives a padecerlo.

Aunque no es fácil cambiar el entorno laboral, las propias expectativas o nuestra forma de ser, existen una serie de herramientas que podemos ejercer para combatir la aparición del síndrome del quemado. A nivel empresa, podemos ayudar y solicitar una mejor organización que ayude a no sufrir esa sobrecarga laboral. Por otra parte, mejorando nuestra actitud y comunicación, podremos dinamitar ciertas actitudes tóxicas (aunque esto nunca dependerá exclusivamente de nosotros, sino de quienes la provocan).