Cómo dormir bien y profundo

Jul 1, 2022 | CONSEJOS, DESCANSO

Son muchas las personas que creen que la medida de dormir 8 horas diarias es exagerada. Creen cree que dormir no resulta tan necesario y puede prescindir de esas horas mínimas de sueño recomendadas, para conseguir así alargar más el día. Sin embargo, lo cierto es que, según los expertos, dormir menos de 7 u 8 horas podría acarrear múltiples consecuencias negativas para la salud.

Al sacrificar este tiempo de descanso, estamos sacrificando también parte de nuestra energía. Por eso resulta tan importante dormir bien y mantener un ciclo de sueño-vigilia dentro de los parámetros normales. En general, son muchas las razones de peso por las que debemos dormir bien.

Beneficios de un descanso profundo

Si estás en busca de razones de peso existentes para dormir bien, a continuación te dejamos algunas que pueden ayudarte a tomar conciencia sobre la importancia de tener un buen descanso:

1. Un buen descanso beneficia nuestro sistema cognitivo

Mientras dormimos, nuestro cerebro asimila lo aprendido durante el día. Así se consolidan la memoria y los recuerdos, especialmente durante el transcurso de la fase REM. Por eso dormir bien resulta tan importante para nuestro cerebro: especialmente en personas mayores, no dormir podría derivar incluso en un deterioro cognitivo.

Además, se ha podido determinar que un buen descanso puede mejorar el rendimiento de la memoria y las habilidades de resolución de problemas en niños y adultos. Y es que debemos dormir bien para asimilar lo aprendido durante el día y poder tener un buen desempeño en nuestras tareas diarias.

2. Dormir bien tiene un efecto positivo sobre el sistema inmune

Dormir al menos ocho horas puede ayudar a nuestro sistema inmune a estar alerta para combatir problemas tales como el resfriado común. Esto puede saberse gracias a un estudio que monitoreó el desarrollo del resfriado común después de administrar a 153 mujeres y hombres unas gotas nasales con el virus del resfriado durante 14 días.

Según el estudio, aquellas personas que dormían menos de 7 horas tenían 3 veces más probabilidades de desarrollar un resfriado que aquellas que dormían como mínimo 8 horas.

3. El sueño mejora el rendimiento deportivo

Dormir bien, en concreto, dormir el tiempo suficiente, mejora la precisión, los tiempos de reacción y el bienestar mental. Así lo confirma un estudio publicado en 2011.

En este fue analizado el rendimiento deportivo de once estudiantes sanos del equipo de baloncesto masculino de la Universidad de Stanford. En resumen, se pudo ver que, cuanto menos dormimos, peor rendimiento en el ejercicio se da, así como menos resistencia física tenemos.

4. Dormir bien es necesario para mantenernos saludables

No es solo la cantidad de horas que dormimos. Para nuestra salud, es importante que ese descanso sea también de calidad. Y es que dormir mal podría conducir a la aparición de enfermedades crónicas. De hecho, las personas que duermen mal tienen un mayor riesgo de padecer un accidente cerebrovascular o una enfermedad cardíaca que aquellas que duermen de 7 a 8 horas cada noche.

Dormir mal puede provocar enfermedades crónicas

beneficios de dormir bien

Consecuencias para la salud de dormir mal

No dormir puede acarrear múltiples consecuencias y afectar en múltiples ámbitos de nuestra vida. La salud no es una excepción de ello, y muchas veces pueden ocurir problemas derivados de descansar mal.

Cuando uno duerme se encuentra inconsciente, sin embargo las funciones del cerebro y cuerpo siguen activas. En este proceso de dormir, se dan 5 etapas: 4 primeras de diferentes duraciones y una última etapa caracterizada por los movimientos oculares rápidos, lo que llamamos el sueño REM.

1. Presión arterial alta por falta de sueño

Dormir mal, en concreto 5 horas o menos, puede aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión. Otro de los riesgos de dormir tan pocas horas es la aparición o desarrollo de la apnea obstructiva del sueño, que se define como un trastorno en el que la persona que lo sufre deja de respirar repentinamente mientras duerme.

2. Dormir mal y la salud cardiovascular

Según la Fundación del Corazón, los pacientes hipertensos de edad avanzada y con problemas para conciliar el sueño poseen un riesgo cardiovascular más elevado que el resto de la población.

Por otro lado, el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares realizó un estudio publicado en The Hournal of the American College of Cardiology (JACC) donde se analizó a una población de 46 años de media. En el estudio, se especificó que las personas que duermen menos de seis horas por la noche pueden tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en comparación con aquellas que lo hacen entre siete y ocho horas. También las que duermen mal, que se despiertan durante la noche en varias ocasiones.

3. Obesidad y diabetes

Un estudio publicado por la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology explica que, además de otros factores como la genética, en nuestro metabolismo también tienen un papel los hábitos de alimentación, el ejercicio físico o el sueño. De hecho, según este estudio, parece que si no dormimos bien tenemos más riesgo de sufrir tanto diabetes como obesidad. Esto, al parecer, se debe a que la calidad del sueño influye en la capacidad del organismo para metabolizar la glucosa, controlar lo que comemos y mantener el equilibrio de energía durante el día.

Así pues, parece que gozar de un buen descanso no sólo es importante para tener un buen nivel de energía al día siguiente. Dormir mal también puede afectar a nuestra salud, tanto física como mental. Por eso es importante contar con un buen equipo de descanso como el que ofrecemos en Maxcolchon.

gato durmiendo

Consejos para dormir bien

Si, aun así, después de tener todo lo anterior en cuenta, te cuesta coger el sueño, presta atención a estas técnicas que puede que te sirvan de ayuda para dormirte más deprisa, incluso cuando no tienes nada de sueño:

1. Crea el mejor ambiente para tu dormitorio

Tras instaurar los cimientos más fuertes del descanso (disponer de la mejor cama posible), podemos seguir mejorando en nuestra rutina del sueño. Por ejemplo, continuando con aclimatar a la perfección nuestra habitación. Haz de tu dormitorio un hábitat idóneo para el sueño fijando la temperatura en los 22º recomendados, aislándola de cualquier tipo de ruidos y controlando la iluminación artificial. Además, puedes ayudar al entorno pintando las paredes con tonos suaves.

 

2. Huye de los dispositivos electrónicos en la cama

De poco servirá contar con el mejor colchón y la temperatura más acorde para el descanso si nos acostamos con el móvil en la mano. Está científicamente demostrada la mala influencia de la luz de las pantallas en nuestra higiene del sueño. Por ello, no solo deberías evitar la disposición de aparatos electrónicos en la habitación, sino que también deberíamos reducir su consumo durante las últimas horas del día.

3. Mantén una dieta sana y equilibrada

Siguiendo con cierto orden piramidal y habiendo establecido ya el clima y el entorno, tenemos que poner el foco en nuestra salud. Mantener una dieta rica, sana y equilibrada con mucha presencia de verduras o fruta nos ayudará a la conciliación y la higiene del sueño. Pero, además, debemos evitar las cenas copiosas que provoquen pesadez y/o acidez estomacal que nos llevará a dar vueltas y vueltas en la cama.

4. Evita el consumo de tabaco y alcohol

Hablando de dietas y qué comer o no, es obvio pensar que el consumo de tabaco y alcohol no nos va a ayudar a dormir como debemos. Aunque establezcamos una conexión entre el consumo de alcohol y el hecho de tener sueño, la realidad es que, tras ese primer impacto más somnoliento, el alcohol empeora la calidad del sueño. Algo que también sucede con el tabaco. Por otra parte, lo ideal es limitar el café a la primera hora de la mañana y el típico de después de comer. Intenta no beber ninguno más pasadas las 4 de la tarde.

5. Sé regular con los horarios y establece una serie de rutinas

Aunque es recomendable no permanecer en la cama si no consigues dormirte, por otra parte, también es importante ser regular en los horarios. Es decir, acuéstate y levántate todos los días a las mismas horas.  Incluso los fines de semana lo ideal es no alterar demasiado estos horarios y no dejarse llevar por la ausencia del despertador. E igual que sucede con los horarios, mantener una rutina antes de ir a dormir nos ayudará a conciliar el sueño: leer un rato, cepillarnos los dientes, darnos una ducha de agua tibia, beber un vaso de leche o una infusión…

6. Controla y limita las siestas

Es posible que dispongas de un tipo de trabajo con horario partido o que te permita estar en casa a la hora de comer. En cualquiera de los dos casos, posiblemente caigas en la tentación de echar una siesta. Está bien. Es sana y placentera, siempre y cuando no nos volvamos locos. Cualquier siesta que implique dormir horas y ponernos el pijama nos llevará al insomnio nocturno. ¿La siesta perfecta? Aquella que no exceda los 30 minutos recomendados.

7. No escatimes en tu equipo de descanso

Normalmente, invertimos en la casa de nuestros sueños, el mejor de los automóviles e intentamos comer en los mejores restaurantes. Entonces, ¿por qué no disfrutar del colchón de más calidad del mercado? Existen miles de razones por las que invertir en nuestro equipo de descanso. Busca el modelo que mejor se adapte a tus necesidades, controla los niveles de transpirabilidad, firmeza o adaptabilidad. Elige el material que más te guste (viscoelástica, látex, muelles…) y no te olvides de la importancia de sus prestaciones hipoalergénicas: los ácaros, el moho y otras sustancias no ayudan a conciliar el sueño. ¡Ah! Y compleméntalo con una almohada de calidad y una base que soporte a la perfección el colchón. ¿Qué tal una base tapizada o un canapé abatible?