Beneficios de un buen descanso infantil

Sep 10, 2020 | INFANTIL

El descanso infantil es uno de los pilares fundamentales que ayudarán al correcto crecimiento y desarrollo de los más pequeños. Como ya sabemos, los niños necesitan dormir y descansar bien (entre 8 y 11 horas diarias) para crecer, desarrollarse, aprender y madurar tanto físicamente como emocionalmente. Sin embargo, con el actual ritmo de vida asociado a los cambios impuestos desde que pasamos del siglo XX al XXI (redes sociales, internet, ansiedad, competitividad laboral), a veces podemos olvidar esta importancia. Si te estás preguntando si tus hijos duermen cada noche de la manera correcta, este post te puede ayudar a solventar tus dudas y, sobre todo, a entender porque resulta tan importante establecer buenos hábitos del sueño incluso en edad infantil.

Esto es todo lo positivo que aportará a tus hijos una buena noche de sueño y descanso

Conseguir la mejor y la más correcta de las higienes del sueño desde muy pequeños es realmente importante. Resulta vital entender que, desde el mismo nacimiento de nuestros hijos, establezcamos una serie de buenos hábitos y rutinas que ayuden a este objetivo. Algo que formará parte de nuestra obligación como padres. Y aunque cada cierto periodo de tiempo comprobaremos que los niños dispondrán de unas necesidades distintas a la hora de descansar, siempre existirán ciertos elementos fundamentales: elegir la mejor cuna cuando son bebés, la cama más confortable y de mayor calidad hecha con los mejores materiales que ayuden a su crecimiento, la temperatura de la habitación, la ausencia de dispositivos electrónicos a su alrededor o la creación de rutinas.

Con el correcto cumplimiento de ciertas premisas, buenos hábitos, determinadas rutinas y el mejor de los hábitats, nuestros hijos conseguirán dormir mejor y, gracias a ello, lograremos una serie de beneficios que repercutirán en su salud y bienestar:

– A nivel físico, una buena noche de descanso va a contribuir y favorecer en su desarrollo.

– Es durante las horas de sueño cuando en nuestros cuerpos se segrega la hormona del crecimiento.

– Tras un interminable día de obligaciones escolares, extraescolares, deporte, deberes y conciliación familiar, les permitirá recuperar toda esa energía perdida durante la jornada.

– De la misma manera, tras todo lo aprendido a nivel académico en el colegio y a nivel emocional a través de las relaciones con profesores, compañeros, amigos y familiares, se les fijará para siempre en la memoria. Al menos la parte más vital e importante.

– Obviamente, cuanto mejor hayan dormido por la noche mejor rendimiento escolar podrán mantener a la jornada siguiente.

– Igualmente, un niño descansado está más atento y concentrado en sus quehaceres.

– Que el insomnio y la falta de higiene del sueño favorece la aparición de estrés, ansiedad y depresión, no es algo limitado a los adultos. Los niños también pueden padecer este tipo de trastornos. Por todo ello, una plácida noche de descanso les aportará también el bienestar emocional que necesitan.

– Como ya hemos dicho, dormir reduce el estrés.

Les reforzará su sistema inmune, algo que les ayudará a prevenir la aparición de ciertas enfermedades.

– Dormir reduce la irritabilidad, el mal humor, el comportamiento nocivo y los problemas derivados de todo ello. Por tanto, dormir es también importante para lograr la paz familiar.

En definitiva, todos estos beneficios son algunas de las consecuencias directas que puede tener que tus hijos duerman cada noche en el mejor equipo de descanso posible, las horas recomendadas por los expertos y tras mantener una dieta sana y equilibrada.

Los problemas de un mal descanso infantil

 Por el contrario, estas son algunas de las consecuencias que podrán enfrentarte si los más pequeños no descansan como es debido:

– Mal humor, peor comportamiento, menor tolerancia a la frustración o al cumplimiento de ciertas normas y mucha irritabilidad en los más pequeños.

– Mal rendimiento escolar: Problemas de atención, concentración, memoria y aprendizaje.

– Disminución en la salud física y mental.

– Desmotivación y falta de interés no solo en el colegio, sino en otros aspectos de sus vidas: actividades extraescolares, amigos, relaciones sociales, familia…

– Peores reflejos tanto físicos como para situaciones de índole intelectual

– Derivado de lo anterior, un incremento de problemas relacionados con la capacidad motora.

– Aparición de enfermedades y molestias como el dolor de cabeza.