Rituales de sueño para niños

Sep 14, 2020 | INFANTIL

Siempre hemos asociado que los trastornos del sueño son un problema exclusivo de los adultos. Con la madurez y la mayoría de edad, nuestra vida se complica, el trabajo nos crea estrés, comienzan los problemas sentimentales y aparecen los primeros achaques de salud. Sin embargo, conciliar de manera correcta el sueño y encontrar dificultades para dormir, es algo que también puede aparecer en los más pequeños. Por todo ello, resultará importante que fomentemos desde muy pronto en su educación una serie de rituales de sueño para niños que les ayude a comprender la importancia de dormir.

 5 rituales del sueño ayudarán a tus hijos a dormir mejor (y no rechistar en el proceso)

Aunque es cierto que las necesidades del sueño pueden variar dependiendo de la persona, no deja de ser verdad que existen ciertas pautas y convencimientos de índole científico y médico que señalan un camino común. Patrones de conducta y rituales del sueño con un único objetivo: fomentar una higiene del sueño beneficiosa para nuestra salud.

En el caso de los niños, partimos de una premisa universal: lo más recomendable es que duerman más de ocho horas al día. Para conseguir este objetivo y que por el camino no caigan en despertares, pesadillas nocturnas o malos hábitos, nada mejor que cumplir una serie de rituales de sueño infantiles que les ayude a desear coger la cama. Para ello, hemos de apoyarnos ciertos elementos básicos: establecer un horario regular en el que se vayan secundando un baño, la cena, lavarse los dientes, ponerse el pijama, dar las buenas noches, leer (o escuchar) un cuento. Todo ello, con el único objetivo de crear confort, seguridad y abracen la cama con ganas.

Establece un horario de sueño regular

Lo hemos comentado con anterioridad, mantener un horario de sueño regular que incluya tanto la hora de despertarse cada día como la de irse a la cama, es sinónimo de establecer unos cimientos que ayudarán a la salud y bienestar de tus hijos. Gracias a ello, conseguiremos que su ciclo de sueño-vigilia se vaya adaptando a esta especie de rutina y, sin darse cuenta, será el propio niño quien necesitará acostarse por las noches y, por tanto, descansar mejor y estar más despierto cuando se levante en la jornada siguiente. Obviamente, estos biorritmos van acompañados de ciertos síntomas del sueño de los que no se podrán escapar los pequeños de la casa. Desde los bostezos al hecho de que se les cierren los ojos a las 10 de la noche.

Acompaña todos estos consejos con la creación de una rutina que incite a irse a dormir

Como si nos ayudáramos del clásico conductismo, lo ideal es ir preparando el cerebro de nuestros hijos para que sean ellos mismos los que se vean incitados para irse a dormir. Para ello, nada mejor que crear una serie de acciones habituales que se acaben convirtiendo en rutinas: el cepillado de dientes, el baño de antes de cenar, la lectura de algún cuento, el capítulo de dibujos animados que les hemos dejado ver, el vaso de leche, el mero hecho de ir a hacer pis, contarles alguna historia, encender su luz de seguridad (en el caso de que tengan miedos nocturnos) … Cualquier cosa que les resulte relajante y les concilie el sueño, aunque ni ellos mismos se estén dando cuenta.

Practicar deporte y hacer ejercicios y actividades físicas

Desde muy pequeños debemos incentivar la practica de deporte. Como ya sabemos, el ejercicio físico no solo es importante y beneficioso para la salud, sino que ayuda a la fomentación de cierto espíritu competitivo y otra serie de virtudes como el trabajo en equipo. Pero además de ello, ese cansancio que les entrará después de un buen partido de fútbol, la práctica de natación o haber corrido un rato, les hará llegar más agotados a la noche. De todas formas, y como ocurre con los adultos, es importante que los horarios extraescolares en los que hacen deporte no sean muy tardíos o conseguiremos justo el efecto contrario. Su cuerpo se activará y les resultará aún más complicado eso de conciliar el sueño.

Resopón

Además de la propia cena, es recomendable que los más pequeños tomen una pieza de fruta, un tazón de cereales o un vaso de leche antes de dormir: No solo por evitar que se acuesten a la cama con hambre (algo difícil teniendo en cuenta los horarios de la cena), sino como un input más que les ayudará a conciliar el sueño. Por ejemplo, algunos alimentos como la leche o determinadas frutas, disponen de ciertas sustancias que ayudan el sueño. Por el contrario, nada de darles ciertos alimentos como el chocolate o bebidas energizantes o con cafeína.

Un lugar indicado para dormir

Que sus dormitorios se conviertan en un lugar recogido y que incite a dormir: Las mencionadas rutinas y los rituales del sueño no servirán de nada si se acaban acostando en una habitación llena de dispositivos electrónicos, de ruidos y con demasiada luz. Por ello, se recomienda que los cuartos infantiles dispongan de buen aislamiento lumínico, solo se utilicen para dormir y, sobre todo, cuenten con el mejor equipo de descanso posible capitaneado por un colchón viscoelástico o de látex.